A mediados de 1998, cuando el Modelo neoliberal de Educación Pública
en Nicaragua ya estaba bastante definido y consolidado, escribí y
publiqué mi libro titulado “Nicaragua en sus tres educaciones”, en el
que busqué comparar los contenidos y orientaciones de las políticas
educativas y los estilos de los procesos de formulación de las mismas,
en los tres tipos de regímenes políticos, económicos y sociales de
Nicaragua, previos a ese año, esto es, los últimos años de la Dictadura
Militar Somocista, los diez años de la Revolución Popular Sandinista y
los ocho años del túnel neoliberal.
Por esas cuestiones que solo Dios sabe porqué le pasan a uno,
recientemente esta obra me produjo una gran satisfacción personal y
profesional, como investigador de la educación de mi país.
La historia es la siguiente: después de mi presentación en el
Coloquio internacional sobre Políticas de inclusión en la educación
básica en contextos de desigualdad, el pasado 30 de septiembre, en el
Auditorio del Instituto de Física de la Universidad Federal del Estado
de Goias, Brasil, en el contexto del 36 Congreso de la Asociación
Nacional de Posgrado e Investigación Educativa-Anped, se acercó a mí un
profesor de una de las Universidades del Sur de ese inmenso país, para
saludarme y preguntarme que si la ponencia presentada correspondía al
texto de mi próximo libro titulado “Nicaragua en su cuarta educación “, a
lo que yo sorprendido, le pregunté por qué me preguntaba eso?, él me
respondió, porque había leído mi libro -Nicaragua en sus tres
educaciones-, y que la parte que yo había expuesto en mi presentación no
aparecía en ese libro, porque correspondía a una etapa posterior a la
de los tres tipos de educaciones que yo analizaba en el mismo.
Paso seguido me comentó, que hacía como quince años, había viajado a
Nicaragua un colega suyo brasileño, a ofrecer asesoría a una ONG
internacional con asiento en Managua, y que buscando en librerías había
encontrado mi libro y se lo había llevado de regalo, y como él era
profesor de Políticas Educativas y de Educación Comparada, lo leyó y le
pareció pertinente para ser utilizado como libro de texto y de
referencia para sus estudiantes, en esas asignaturas en sus cursos de
Posgrado que él impartía en su Universidad.
No hay duda: los libros son como los hijos, que cuando se van de casa
uno desconoce cuál será su destino, o como las botellas que arrojamos
al mar, que uno no sabe a qué costa irán a dar, ni quiénes leerán
nuestros mensajes.
* Sociólogo. Profesor UNAN-Managua.
migueldecastilla68@hotmail.com