jueves, 31 de julio de 2014

¿Qué es la Red de Capacitación y Acompañamiento Pedagógico?



El surgimiento de constructos educacionales como los Núcleos Educativos y los Talleres de Evaluación, Programación y Capacitación Educativa (TEPCEs) obligó a pensar en la necesidad de la creación de mecanismos de apoyo para su consolidación e institucionalización, como partes fundamentales del nuevo modelo curricular de la educación básica y media nicaragüense.

Para cumplir estos propósitos, surgió la idea de crear y desarrollar la Red Nacional de Capacitación y Acompañamiento Pedagógico (RED-CAP), integrada por los líderes institucionales de todos y cada uno de los niveles del proceso de cambio educativo nicaragüense a nivel nacional.

La Red de Capacitación y Acompañamiento Pedagógico, RED-CAP, es un mecanismo de apoyo al proceso de aplicación del nuevo currículo, constituyéndose en la mediación organizativa entre lo que se piensa y propone en las oficinas de la sede central del Mined y lo que se hace en los centros educativos. De esta manera, la RED-CAP procura romper con la perniciosa tradición, común en este y todos los países, del doble discurso entre lo que se dice y propone a nivel central y lo que se hace en las aulas de clases, que es el lugar en donde se realizan las reformas educativas.

El proceso de programación mensual del currículo en todos los niveles y grados de la educación preescolar y la educación primaria, y en todas las asignaturas de la educación secundaria, siendo descentralizado al realizarse en cada núcleo educativo, no se da de manera anárquica y desordenada, sino que por el contrario; se produce de manera sistémica y articulada, en un movimiento que avanza mensualmente de arriba hacia abajo, de la cúspide del sistema escolar a las aulas de clase.

Conforme a los niveles de aplicación del nuevo Currículo, la RED-CAP está integrada por especialistas de las diferentes áreas del nivel central: delegados departamentales y técnicos pedagogos del nivel departamental, delegados municipales y técnicos pedagogos del nivel municipal, directores de Escuelas Base, coordinadores de TEPCEs y dirigentes juveniles, magisteriales y estudiantiles, líderes en sus comunidades en el nivel de los Núcleos Educativos.

De los cuatro niveles, el clave es el de los Núcleos Educativos, debido a que es en estos donde se ubican las Escuelas (Bases y Vecinas) y, por ende, las aulas de clase que son la estación de destino del ciclo curricular de la educación básica y media nicaragüense. Es en ellas, donde maestros y estudiantes ponen en práctica el nuevo currículo, además procuran alcanzar los nuevos saberes y los nuevos valores propios de una sociedad en proceso de transformación y cambio, construyéndose, día a día, la calidad de la educación: esa búsqueda permanente que a diario los maestros procuramos en las aulas de clase.

jueves, 24 de julio de 2014

Así nacieron los TEPCEs

Cuando Paulo Freire visitó Nicaragua en el contexto de la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización, dejó planteado un desafío a los educadores nicaragüenses, orientado a trasegar algunos de los atributos de la educación no formal e informal, propios de la Cruzada de Albetizacón, a la educación formal del sistema escolar del país. El desafío tenía un destinatario muy claro, ubicado en las oficinas del viceministerio de Planificación y Políticas Educativas del Mined, que estaba a mi cargo.
Con esta preocupación pendiente, un sábado de junio de 1980 por la tarde, cuando la Cruzada llevaba tres meses de realización, viajando hacia Juigalpa, frente al empalme de la carretera a Camoapa, en la Escuela San Francisco, pude observar que habían muchos jóvenes con camisa de alfabetizadores y pañoletas rojinegras; sospechando que aquella reunión tenía algo que ver con la Cruzada, detuve el carro, y sin que nadie me invitara, me fui a observar desde las ventanas del salón escolar aquella asamblea sorprendente e inusitada.
Después de conversar con algunos de los muchachos que estaban fuera del local, pude saber que los alfabetizadores se reunían todos los sábados para evaluar la semana transcurrida y a programar la semana siguiente. Aquel evento, que para los muchachos ahí reunidos parecía como algo normal, me pareció un hecho lleno de múltiples posibilidades, si creativamente trasladábamos la experiencia de la educación no formal de la epopeya alfabetizadora a la educación formal, la misma que simultáneamente estaba ofreciéndose de lunes a viernes en las aulas del país.
Paso seguido, continué mi viaje hacia Juigalpa y allá, en mi casa, me di a la tarea de escribir el bosquejo general de lo que a partir de ese momento comencé a llamar Talleres de Evaluación, Programación y Capacitación Educativa, TEPCEs. El día lunes, de nuevo en el ministerio, apenas llegué a las siete de la mañana. Al ministerio, llamé a mis compañeros Evenor García Corrales y Pedro Conrado Flores, responsables del área de Programación de los Aprendizajes (Currículo) y les conté sobre el hallazgo. Ellos me animaron a presentar la idea ante el doctor Carlos Tünnermann, ministro de Educación, a fin de contar con su apoyo y aprobación.
Después de aprobada la idea, esta pasó a ser consultada con los delegados regionales y departamentales del Mined, quienes le incorporaron nuevas justificaciones. Asimismo, con ellos elaboramos el plan y cronograma para su implementación a partir del año 1981.
A mediados de los ochenta, las urgencias de la Revolución se engulleron la riqueza de los TEPCEs, desvirtuando su sentido como espacios de evaluación y programación educativa. Después, durante los diez y seis años neoliberales, los TEPCEs fueron convertidos en simples procesos de intercapacitación. Sería hasta en el año 2009, de nuevo con los sandinistas en el poder y con la puesta en práctica del nuevo currículo, que los TEPCEs retornaron a casa.


jueves, 17 de julio de 2014

La Capacitación de los Maestros en los TEPCEs

En el proceso de construcción de la calidad de la educación, de manera concertada y convergente participan múltiples factores externos e internos  al hecho educativo concreto en la relación docente discente.  Entre los primeros sobresale el sujeto del proceso enseñanza aprendizaje, esto es: el propio estudiante. Entre los segundos el factor decisivo es el o la docente, de ahí que su atención y cuido de parte de los gobiernos y las sociedades sea de gran importancia. Por ello es que junto a la promoción de su bienestar, la capacitación continua y permanente del magisterio es fundamental.  La calidad de la educación exige docentes de calidad y este nivel se alcanza solamente con más y mejor formación y capacitación de calidad.

Esto es así para todos los países, pero más lo es para un país como Nicaragua que recién está estrenando un nuevo modelo curricular, y que necesita no sólo el manejo de su lógica instrumental y metodológica, sino que también, y esto es lo más importante, su aceptación afectiva y consciente respecto a sus contenidos y propósitos.

En la actualidad el Ministerio de Educación conjuntamente con las Universidades del CNU que imparten carreras sobre ciencias de la educación, realizan múltiples acciones de formación y capacitación del magisterio, para profesores de secundaria, maestros de educación especial, de preescolares comunitarios y de primer y segundo grado, etc.

No obstante, junto a esas acciones puntuales propias de la educación formal, el MINED y los educadores de nuestro país cuentan con un tesoro escondido orientado a la superación profesional y personal del magisterio.  Este es el caso de los TEPCEs, espacio en el cual a través de rutinas y circuitos no formales, los docentes a la vez que evalúan y programan currículos mensuales, aprenden nuevas maneras de conducir procesos de enseñanza- aprendizaje.   Es la evidencia de aquella afirmación sociológica de Paulo Freire, que dice que: “toda relación social es una relación pedagógica”, de  aprendizajes mutuos, de transferencia oral de saberes de quienes han ganado más y mejores experiencias en su vida profesional, a los docentes noveles que se inician en la profesión y el oficio de enseñar.


La función de capacitación en los TEPCEs es un espacio privilegiado, para que los educadores que asisten a los cursos de profesionalización, puedan llevar a ese lugar los aprendizajes alcanzados en estos eventos, y presentarlos a sus pares docentes y juntos debatir, reflexionar y avanzar en la ampliación, profundización y modernización de los conocimientos pedagógicos y didácticos.  Así los conocimientos aprendidos en los procesos de capacitación formal, encontrarían tierra fértil para reproducirse y multiplicarse en los procesos de capacitación no formal que los últimos viernes de cada mes se producen en los TEPCEs.

jueves, 10 de julio de 2014

Los tepces en el nuevo Modelo Curricular Nicaragüense

A cinco años de haberse rescatado y puesto en práctica los Talleres de Evaluación, Programación y Capacitación Educativa –tepces--, estos se encuentran en el centro del debate educativo nacional, unos y unas defendiéndolos y otros y otras atacándolos. Los defienden los maestros y profesores de aula de la educación primaria y secundaria, y los atacan profesores universitarios, investigadores, líderes religiosos y sindicalistas del magisterio. Para los primeros son útiles y necesarios, para los segundos una pérdida de tiempo.
Aunque no todos saben que significa, el término tepce en la actualidad no solo forma parte del vocabulario propio de la Pedagogía y de la Educación Nacional, y por ende de todos los educadores del país, sino que de todos los estudiantes y de los padres y madres de familia con hijos en la educación primaria y secundaria del país.
¿Y qué son y para qué sirven los tepces? Estos son talleres mensuales de programación y de evaluación, en los que participan docentes de la educación preescolar, primaria y secundaria, de centros educativos estatales, privados y subvencionados, ubicados en un mismo Núcleo Educativo, de un mismo grado o asignatura de la Educación Secundaria, cuyo propósito es evaluar el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje y de los programas de estudio del mes anterior, a fin de reflexionar sobre las causas que facilitaron o impidieron el aprendizaje de los estudiantes y tomar decisiones al respecto, y programar los objetivos, competencias y contenidos a desarrollar en el mes siguiente.
Pero los tepces no son solo evaluación y programación mensual del currículo, sino que también son capacitación docente; capacitación que en el caso estos talleres es intercapacitación o capacitación mutua entre docentes. Capacitación devenida del diálogo horizontal entre docentes en el proceso de construcción curricular.
Los tepces son así, a la vez que un proceso de reflexión y de construcción colectiva, un mecanismo de regulación de la práctica docente, acerca de cómo sabemos qué están aprendiendo los estudiantes, qué vamos a enseñar, para qué vamos a enseñar, con qué estrategias didácticas vamos a enseñar, etc.
En este contexto, resultados de los tepces, de acuerdo con el orden de su realización en cada sesión de trabajo, son los siguientes: un informe mensual de evaluación sobre el nivel de logro de los objetivos de aprendizaje propuestos para el mes precedente; un currículo mensual para todos los grados del nivel Preescolar o Primario o asignaturas del nivel Secundario a nivel nacional, contextualizado según las características y condiciones de cada Núcleo Educativo, y múltiples aprendizajes sobre para qué enseñar, qué enseñar, cómo enseñar, y cómo saber si los estudiantes aprendieron o no aprendieron lo que los maestros les enseñamos.


jueves, 3 de julio de 2014

Los Núcleos Educativos en el nuevo Modelo Curricular Nicaragüense

Para construir el nuevo modelo curricular, a inicios de 2007, se optó por hurgar en las mejores prácticas del pasado de la educación nicaragüense, a fin de recuperarlas, y ponerlas al día, camino a cumplir otros propósitos en el contexto de las nuevas Políticas Educativas. Este fue el caso de los Núcleos Educativos como estrategia de organización de los centros educativos en el territorio nacional, recuperados en mayo de 2008, cuyo más lejano antecedente se remonta a inicios de los años sesenta del pasado siglo, en el entorno de la Escuela Normal Rural de Estelí, en los municipios de Santa Cruz y Condega.
El modelo nuclear actual, consiste en la organización de los 153 municipios del país en pequeñas unidades territoriales llamadas Núcleos Educativos, cuyas fronteras están definidas por la ubicación de determinados conjuntos de centros educativos que se relacionan entre sí, en el que un centro juega el papel de escuela líder llamada Escuela Base y los demás juegan el roll de Escuelas Vecinas. Así cada municipio, según sea su tamaño y número de escuelas, está integrado por múltiples Núcleos Educativos. El Realejo, en el departamento de Chinandega, por su tamaño, sólo tiene un Núcleo Educativo, y El Viejo, en el mismo departamento, tiene 17 Núcleos Educativos.
De esta manera la organización escolar de cada municipio es nuclear, y al proceso permanente de construcción de cada Núcleo se le conoce como Nuclearización. Esta es así el conjunto de prácticas que se producen cotidiana y permanentemente entre las escuelas de cada Núcleo y entre estas y su Escuela Base.
Producto de esas relaciones en el interior de cada Núcleo, las delegaciones municipales del MINED mantienen actualizados los censos de niñez en la escuela y niñez fuera de la escuela en el espacio geográfico de cada Núcleo. Igual sobre los censos de analfabetismo y niveles de escolarización de la población según el Núcleo. Igual sobre información relacionada con la situación de la infraestructura escolar, rendimiento académico bimensual, libros de texto, programas de estudio, computadoras, empirismo y nivel de titulación de los docentes; igual al caso de niños y niñas que reciben merienda escolar, o han recibido vacunas o partidas de nacimiento o jóvenes que tienen o no tienen cédulas etc.
Pero los Núcleos Educativos no solo cumplen funciones de carácter cuantitativo, sino que su mayor utilidad es de tipo cualitativo, en tanto es a las Escuelas Base de cada Núcleo, donde los últimos viernes de cada mes, vienen los y las maestras y maestros de las Escuelas Vecinas, a participar en los Talleres de Evaluación, Programación y Capacitación Educativa-Tepces, los que, hoy por hoy, constituyen factor básico para la elevación de la calidad de la educación en Nicaragua.