Dos mil quince es un año
paradigmático en materia educativa para todos los países del sur empobrecido.
Es el año de cierre de un proceso que se inició en el año 2000 en Dakar-Senegal
y habrá de finalizar dentro de tres semanas en Incheon, República de Corea,
entre el 19 y el 22 de mayo próximos. A su vez, en esas mismas fechas y lugar,
los líderes mundiales de la educación debatirán y acordarán los nuevos
Objetivos de la Educación para el Desarrollo Sostenible 2015-2030.
En este
contexto y teniendo al 2015 como telón de fondo, los formuladores de políticas
y los tomadores de decisión en el terreno educativo, al detenerse a pensar el
futuro para tomar las mejores decisiones, deben enfrentar múltiples retos,
tanto de tipo metodológico, esto es, qué factores tomar en cuenta a la hora de
formular políticas educativas, como de tipo político, esto es, a qué sector o
sectores de la población beneficiar con la acción educativa gubernamental.
Metodológicamente,
al menos para el caso de Nicaragua, el punto de partida habrá de ser reconocer
que la estación de inicio del proceso educativo es a su vez la misma estación
de llegada. Es la situación de pobreza de nuestra sociedad, la que al impedir
contar con un amplio presupuesto para la educación, es la principal causa de
todas las limitaciones a que se ven sometidos los programas y servicios
educativos.
Es la
situación de pobreza que también funciona como efecto a la hora de medir los
resultados y productos, tanto en términos del número de graduados como de
la calidad de los aprendizajes de los mismos.
De
igual manera los formuladores de políticas habrán de tomar en cuenta que el
desarrollo educativo en nuestra sociedad, se enfrenta a una doble dificultad,
por un lado, pagar las deudas que a través de la historia hemos venido
contrayendo en los campos de la educación, la ciencia y la cultura, y que han
contribuido decididamente, junto a otros factores, a edificar la situación de
pobreza y de inequidad social que caracteriza a nuestra sociedad, y por el
otro, los múltiples desafíos que presentan a la educación nicaragüense la
Revolución Científica, Técnica e Informacional a nivel mundial y la
Globalización Capitalista Neoliberal.
Respecto
a las deudas heredadas del pasado en Nicaragua, no cabe ninguna duda que la
principal de todas es la baja cobertura de la matrícula escolar respecto a las
edades correspondientes en todos los niveles y modalidades del sistema escolar,
desde el Nivel Preescolar hasta el Nivel Superior. Hemos avanzado bastante
aunque no lo suficiente en la cobertura de la Educación Primaria, no obstante
seguimos con baja matrícula en Educación Secundaria, Preescolar y Educación
Técnica.
Junto a
la cobertura otra deuda a la par de esta es la calidad de la educación recibida
por quienes alcanzan un cupo en la matrícula escolar.
En las
circunstancias actuales de la Revolución Científica y Técnica, no basta ofrecer
matrícula escolar si esta no va acompañada por los requisitos y factores
endógenos y exógenos a la vida escolar que determinan la calidad de los
aprendizajes obtenidos en las aulas de clase.
Baja
Cobertura y Baja Calidad de la Educación son deudas históricas del capitalismo
nicaragüense. Múltiples factores se han articulado en el largo tiempo
nicaragüense para construir este círculo perverso de pobreza y mala educación.
Se ha dicho: somos pobres porque tenemos una pobre educación y tenemos una
pobre educación porque somos pobres.
A la
par de tan pesada carga y cuando apenas estamos tomando conciencia del
tamaño del problema y se están dando los primeros pasos para enfrentarlo, de
pronto estalló frente a nuestros ojos la bomba o lo que algunos llaman la
“modernidad”, con sus descubrimientos y nuevos lenguajes en los campos de las
inteligencias múltiples, de la neurociencia y la neuroeducación; la didáctica
constructivista; la educación gratuita y de calidad como un derecho humano
fundamental; la educación permanente y para toda la vida; la educación de la
primera infancia; la educación para el empleo, la innovación y la productividad;
la educación inclusiva;la revolución informacional y la informática y su
impacto y uso en la educación; la educación para el desarrollo sostenible; la
educación para la ciudadanía global, o como dice el lema del Foro Mundial 2015
de Corea “2030: Hacia una Educación de Calidad y el Aprendizaje permanente para
Todos”.
Múltiples
desafíos: atender el pasado con su pesado fardo de analfabetismo, baja
matrícula escolar y baja calidad de la educación, y atender el futuro con su
abrumadora lista de pedidos y demandas. Por dónde comenzar. Cómo articular todo
en un cuerpo de políticas, como si fuesen un todo holístico y homogéneo que
mira al futuro. Esa es la cuestión.