La señora Katerina Tomasewsky,
ex-Relatora General de Naciones Unidas para el Derecho a la Educación, afirmaba
que, “el Derecho a la Educación es la llave que abre la puerta a todos los
demás derechos”, si esto es así, la matrícula escolar es la puerta de entrada
al ejercicio y puesta en práctica de ese derecho, en especial de las
poblaciones empobrecidas de todos los países, que tienen en la educación, su
oportunidad, muchas veces única, para salir del túnel de la pobreza.
Por ese
motivo, el gobierno de Nicaragua que funda su política pública en el fomento y
restitución de los derechos humanos negados históricamente, en especial de los
derechos de la niñez, desde enero del año 2007, ha hecho de la Matrícula
Escolar, motivo de movilización nacional de todas sus fuerzas y militancia y de
estímulo a la participación de la ciudadanía en todos los barrios, comarcas y
caseríos del país, de cara a que ningún niño, niña y joven se quede sin
estudiar.
La
matrícula, no como un problema sectorial propio del Ministerio de Educación,
sino como un problema del país que toca al gobierno atender como primera
prioridad gubernamental todos los eneros. La matrícula escolar como una jornada
de salud pública, y la ignorancia y la baja escolaridad como enfermedades
sociales que hay que erradicar de raíz de nuestra sociedad. Como una peste,
como el dengue, al que hay que movilizar a toda la población para combatir
charcas y zancudos. La matrícula escolar como un problema político al que hay
que atender políticamente, visitando casa por casa, buscando niños y niñas en
edad escolar, como cuando los sandinistas se movilizan buscando electores para
ganar elecciones.
La
matrícula escolar de todos los eneros-febreros es el primer paso de un proceso
que durará todo el año escolar. En este recorrido, según sea la situación
económica y social de los padres del estudiante, así serán los escollos que
tendrá que salvar éste para permanecer en la escuela. En apoyo a los hijos e
hijas de las familias en situación de pobreza, para que una vez matriculados no
abandonen las aulas, el gobierno no solamente les entrega educación gratuita
sino también mochilas escolares, zapatos, bicicletas, libros de texto y
alimentación escolar a más de un millón de niños, niñas y adolescentes.
Contrario
a estos esfuerzos, como una maldición, la matrícula y la retención escolar,
igual que las campañas para vivir bien y elevar los niveles de salud preventiva
de la población, tienen frente a sí un obstáculo externo a la vida escolar, tal
es la situación de pobreza en que reproduce su existencia un sector de la
población, producto de las inequidades propias del subdesarrollo capitalista en
que se debate el país. Pobreza que no es solamente no tener asegurados los tres
tiempos de comida diarios y un lugar donde recostar la cabeza, sino que
incluye, a su vez, a su hija más preciada, la pobreza cultural y los bajos
niveles de autoestima y sentido de esperanza, motivación y actitud proactiva de
las familias frente a cada amanecer.
Así, en la
batalla entre más y mejor educación, se ofrece educación gratuita para vencer
la pobreza, pero ésta no solo se resiste a morir, sino que presenta múltiples
excusas, explicaciones y pretextos para no atender los llamados a la matrícula
y, muchas veces, permite a las familias matricular a sus hijos e hijas, pero
una vez en la escuela, a pesar de todos los apoyos del gobierno y los ruegos de
sus maestros, después los sacan de la misma durante el año escolar.
Frente a
esta situación, el Ministerio de Educación cuenta con un conjunto de fortalezas
que organiza y las pone en práctica. La organización escolar territorial en los
Núcleos Educativos, deberá de ser fundamental para la realización de los censos
de la población en edad escolar y el seguimiento, día a día, de la matrícula.
La investigación socio-educativa será de mucha importancia para determinar las
causas de la baja matrícula, el ausentismo y el abandono escolar en cada
espacio (comarcas, barrios y núcleos educativos).
La
especialización de los procesos de contextualización curricular en los TEPCEs,
y la disciplina de los maestros respecto a su asistencia diaria a clases,
deberá cerrarle las puertas a las causas meramente escolares, debido a las
cuales los muchachos y muchachas no quieren venir a la escuela o se van
temprano de la misma.
Muchas
ONG, iglesias y corporaciones reclaman un lugar en la tarea educativa nacional,
bien, estamos en enero, esta es la oportunidad de participar. Que nadie se
quede sin estudiar. Esa debe ser la meta y la consigna para todos y todas