viernes, 3 de julio de 2015

De Dakar a Incheon, los nuevos objetivos de la Educación

Los propósitos del Foro Mundial sobre la Educación, realizado en Incheon, República de Corea, entre el 19 y el 22 de mayo pasado, fueron dos, por un lado debatir las evaluaciones, región por región y a nivel planetario, acerca de los resultados de la puesta en práctica de los seis objetivos para la educación de Dakar-Senegal, previstos en el año 2000, para el período 2000-2015, y dar a conocer, después de un largo período de reflexión y estudio, los nuevos objetivos de la educación para el período 2015-2030 para todos los países del mundo.
Respecto a los resultados del período 2000-2015, Aaron Benevot elaboró una síntesis para las Comisiones Nacionales de Cooperación con la Unesco.  Algunos aspectos que aborda Benevot son los siguientes: hay mucho progreso educativo que celebrar en este año 2015 en tanto hay 84 millones de niños y adolescentes nuevos en las escuelas y de estos 52 millones son niñas; doce millones de maestros han sido reclutados y 34 millones asisten a clases gracias a la influencia del movimiento EPT.   
No obstante, en el mundo hay muchas deudas pendientes en los campos de la educación, dado que solo un tercio de los países alcanzaron los objetivos cuantificables de la EPT. En América Latina y el Caribe, solo Cuba logró alcanzarlos. Ciento veintiún millones de niños y niñas quedaron fuera de los sistemas escolares en el año 2012 y un tercio de los países no alcanzó la igualdad de género en la educación primaria.  Respecto al papel de la educación formal en los procesos de reproducción social de la formación capitalista a nivel mundial, persisten, se amplían y profundizan las desigualdades en educación. Los niños pobres y los más pobres entre los pobres tienen mayores probabilidades de estar fuera de la escuela y de no terminar la escuela primaria, que los niños hijos de familias ricas y acomodadas. Las brechas de aprendizaje, según origen social de clase, son cada día más pronunciadas y cerca de dos tercios de los 781 millones de adultos con conocimientos mínimos de alfabetización, son mujeres.
Respecto al financiamiento de la educación, la mitad de los países de bajos ingresos gasta menos del 4 por ciento del Producto Interno Bruto en educación.  El apoyo a la educación de parte de los organismos donantes se redujo en 1,300 millones de dólares entre 2010 y 2012 y solo el 2 por ciento de la ayuda se orienta a la educación primaria.
Con estos antecedentes del período 2000-2015, los Objetivos de la educación para el período 2015-2030, anunciados en el Marco de Acción, Educación 2030 de la Unesco, son los siguientes:
Para 2030, velar porque todas las niñas y todos los niños tengan una enseñanza primaria y secundaria completa, gratuita, equitativa y de calidad que produzca resultados de aprendizajes pertinentes y efectivos.
Para 2030, velar porque todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de calidad en materia de atención y desarrollo en la primera infancia y enseñanza preescolar, a fin de que estén preparados para la enseñanza  primaria.
Para 2030, asegurar el acceso en condiciones de igualdad para todos los hombres y las mujeres a la formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria.
Para 2030, aumentar en un (x) % el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento.
Para 2030, eliminar las disparidades de género en la educación y garantizar el acceso en condiciones de igualdad de las personas vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en situaciones de vulnerabilidad, a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional.
Para 2030, garantizar que todos los jóvenes y al menos el (x) % de los adultos, tanto hombres como mujeres, tengan competencias de lectura, escritura y aritmética.

Para 2030, garantizar que todos los estudiantes adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de una cultura sostenible, entre otros medios.