La meta No. 2 de la Educación Para
Todos (EPT), propone a los Estados “velar que antes del año 2015, todos los
niños y niñas, tengan acceso a una enseñanza primaria gratuita y obligatoria de
buena calidad y que la terminen”.
Hablando
de derechos humanos y de su relación con la educación, la Educación Primaria es
la primera de las educaciones, que va a aparecer en los textos de los grandes
acuerdos internacionales, en especial en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. Después en la mayoría de las Constituciones Políticas, la
Educación Primaria aparecerá como derecho de los ciudadanos y como obligación
de los Estados, y en el año 2000, cuando Naciones Unidas aprobó los Objetivos
de Desarrollo del Milenio (ODM), el objetivo No. 2 estará referido a la
Educación Primaria y cuando se formulan las metas de la EPT en Dakar ese año,
la meta número dos será la referida a la Educación Primaria gratuita y
obligatoria.
Para la
UNESCO, “el derecho a la educación apunta al desarrollo de las habilidades,
conocimientos, valores y actitudes que permitan a todas las personas
desarrollarse y vivir de manera digna, tomar decisiones informadas para mejorar
su calidad de vida y la de la sociedad, participar en las decisiones
colectivas. Durante este período escolar se asienta la capacidad de
socialización con diversas personas, se forma la identidad y se construye la
autoestima”.
A pocos
días del año 2015, ¿Cuál es la síntesis conclusiva sobre los avances y deudas
respecto a la meta referida a la Educación Primaria en América Latina y el
Caribe? La respuesta de UNESCO a esta interrogante se refiere a diferentes
temas, a saber: la evolución de la matrícula escolar en los países de la región
en el período 2000- 2014; la fluidez del tránsito de la matrícula escolar de un
grado a otro; la evolución del abandono y la retención escolar; las tasas de
conclusión de la educación primaria y las formas cómo cada una de estas
variables se comportan según los tipos de poblaciones indígenas, afrodescendientes
y poblaciones no indígenas.
Acerca de
la matrícula, los datos de la región dicen de un “leve” retroceso de un 94 por
ciento en el año 2000 al 93 por ciento en el año 2012. No obstante, esta
diferencia tiene diferentes matices y expresiones según países, en tanto, en
algunos de ellos, los que mayor rezago histórico tenían, hicieron importantes
avances en este campo, mientras en otros, la matrícula disminuyó sensiblemente.
En el año 2012, la tasa de repitencia fue del 4.9 por ciento en el conjunto de
los países de América Latina y el Caribe, en el año 2000 había sido del 6.2 por
ciento. Respecto al abandono escolar, este disminuyó del 13 por ciento a 8.3
por ciento.
Las causas
acerca del porqué la mayoría de los países de la región no logrará alcanzar la
segunda meta de las ODM y la segunda Meta de la EPT referida a la Educación
Primaria, varía desde factores exógenos referidos a la situación económica de
las familias de los estudiantes, factores endógenos relacionados con los
contextos escolares, los currículos y la preparación de los docentes, además de
factores relacionados con las políticas educativas especialmente las
relacionadas con el financiamiento educativo.
Respecto a
Nicaragua, la tasa neta ajustada de matrícula entre 2010 y 2013 fue la
siguiente: 2010 – 93.2 por ciento; 2011 – 94.8 por ciento; 2012 – 91.9 por
ciento y 2013 – 91.2 por ciento. Como es posible observar, entre 2011 con el
94.8 por ciento de matrícula neta y el 2013 con el 91.2 por ciento, ha habido
una abrupta caída, con especial énfasis en 22 de los 153 municipios del país.
Lo
anterior presenta al país una gran paradoja, respecto al tipo de factores que
pueden haber provocado esta situación y que solo la investigación científica
debe determinar en cada caso, en tanto esta situación no se corresponde con los
esfuerzos realizados por el Gobierno de la República con la apertura de nuevas
escuelas; el incremento de la oferta de la educación inicial; la ampliación de
escuelas con primarias completas y del número de plazas docentes para la Educación
Primaria, y lo fundamental, el involucramiento masivo de la población y sus
organizaciones en todo el país, en los eneros y febreros de cada año, para
promover la matrícula y que ningún niño ni niña se quede sin estudiar.