El período previsto para la
ejecución de la Educación para Todos (EPT) es del año 2000 al 2015. Esto quiere
decir que para Nicaragua la responsabilidad sobre los números, los logros y las
deudas pendientes respecto a las seis metas de la EPT son tanto de los
gobiernos liberales (2000-2006) como del actual gobierno sandinista
(2007-2014). Esto es importante aclararlo, pues, como se conoce, los tiempos de
la educación para las personas y para los grupos sociales no son los mismos del
calendario gregoriano basado en rupturas anuales y mensuales, sino que por el
contrario: estos conforman un ‘continum’, donde cada nueva experiencia
educativa y cada nuevo saber tienen detrás de sí múltiples antecedentes, los
que sirven de insumos para el proceso de construcción de los nuevos
aprendizajes.
Esta conclusión constructivista es
útil para comprender los ingentes esfuerzos que desde hace siete años y en la
actualidad realiza el Gobierno para solucionar, transformar y desterrar de los
centros escolares todas las debilidades, insuficiencias, vicios y antivalores
que como un cáncer capitalista aún carcomen a la escolaridad nicaragüense.
La meta No. 1 de la Educación Para
Todos (EPT) se refiere a la Primera Infancia y propone: extender y mejorar la
protección y educación integrales de la Primera Infancia, especialmente para
los niños más vulnerables y desfavorecidos.
En América Latina y el Caribe, de
acuerdo a los informes de los gobiernos, la Unesco logró observar una mayor visibilidad de la Primera Infancia en las Políticas Educativas de casi
todos los países de la región. “La matrícula en Educación Preescolar creció del
56% en el 2000 al 74% en 2012. Para la Unesco, con este crecimiento América
Latina y el Caribe es la segunda región en el mundo respecto a cobertura, tras
América del Norte y Europa Occidental”.
Algunos desafíos presentes hoy, de
cara al futuro de la región respecto a la Primera Infancia, tienen que ver con
la elevación de la Calidad de los Programas, en un contexto de gran
heterogeneidad e inequidad tanto respecto a la población que accede a los
servicios educativos como a la calidad de los mismos, una y otros vinculados
directamente con "factores económicos, sociales y culturales,
especialmente de la población rural e indígena. El 20% más rico de la población
se matricula en mayor proporción que aquellos del 20% más pobre.
En Nicaragua, la Revolución
Popular Sandinista fundó la Educación Preescolar en los años ochenta. Antes de
1979, la matrícula en este nivel educativo no llegaba a 5,000 niños y niñas en
preescolares privados en todo el país; en 1980, la matrícula en los
Preescolares Públicos fue de 55,000 estudiantes. Igual ha sido con la población
de niños y niñas de entre 0 y 6 años, solo con la Revolución Sandinista en su
actual segunda etapa ha sido posible formular y aprobar en el 2011 una Política
Nacional de Primera Infancia, conocida con el nombre de “Amor por los más
Chiquitos y Chiquitas”.
En el 2007, la matrícula en
preescolar fue de 214,615 estudiantes y en el 2013, fue de 240,256 infantes de
3 a 5 años. Esta, al ser comparada con la población de ese año de 405,265 niños
y niñas, dice el tamaño de la brecha existente en este campo cara al futuro. El
otro desafío, igual que en América Latina y el Caribe, tiene que ver con la
calidad. En tanto, la mayoría de la población de este nivel educativo está
matriculada en preescolares comunitarios, uno de los sectores educativos con
mayores limitaciones del país, tanto por el origen social de los estudiantes
hijos e hijas de familias empobrecidas, como por la condición de los locales
donde se ofrecen los servicios educativos y por el tipo de docentes, sin
formación académica especializada y con estipendios casi a ras del suelo.
Con los descubrimientos de la
investigación científica en los campos de la Neurociencia y la Neuroeducación,
se ha logrado determinar la importancia central de la Educación de la Primera
Infancia para la vida de los seres humanos. Nicaragua cuenta con una excelente
política al respecto. Además cuenta con la presencia, vocación y disposición de
una auténtica legión de verdaderas heroínas del magisterio: las educadoras
comunitarias. Faltan recursos. Muchos recursos. Ahí hay un nicho de
oportunidades para todos, en la Educación Para Todos en Nicaragua.