lunes, 18 de febrero de 2013

Matemáticas: problema pedagógico complejo

A partir de la publicación de mi artículo titulado “Articulando el Sistema Educativo”, el jueves 31 de enero pasado, algunos educadores nos han escrito preguntándonos si la experiencia descrita respecto al Programa de Intervención Curricular MINED-Universidades, era nuestra propuesta para la solución del problema de los aprendizajes de las matemáticas en nuestro país.

La respuesta obviamente es no. Lo realizado durante los años 2008 y 2009 fue una exitosa iniciativa para atender una coyuntura específica, concreta y determinada, que a pesar de serlo, dejó múltiples aprendizajes de todo tipo, tanto respecto a la urgente necesidad de articulación entre los subsistemas educativos, especialmente respecto a los currículos de la educación secundaria y la educación superior, como respecto a los procesos de enseñanza- aprendizaje de las matemáticas.

En este contexto, sin pretender creer que nosotros tengamos la varita mágica para resolver un problema de tanta complejidad, las siguientes son algunas de nuestras consideraciones respecto a este tema. El problema de los aprendizajes de las matemáticas en Nicaragua es de carácter histórico estructural (desde siempre), construido como un subproducto cultural, que trasciende, en mucho, las relaciones escolares endógenas entre los que enseñan y los que aprenden.

Esto dice que el discurso acerca de la dificultad de los aprendizajes de las matemáticas y el temor para enfrentarlas en el aula de clases de parte de maestros y estudiantes, está inserto en las diferentes interfases de la vida social de un país como el nuestro.

En el corazón de estas relaciones sociales de múltiples abordajes posibles, se encuentra el actor social en el cual se materializará y hará vida el aprendizaje matemático. En él o la estudiante, como en un solo puño, se sintetizan todos los factores económicos, sociales y culturales, favorables o en contra, de los aprendizajes, sea en matemáticas o cualquier disciplina.

No es igual la oportunidad para aprender de un muchacho o muchacha de clases pudientes, que uno o una de sectores populares; ni uno o una de las zonas rurales comparado con los y las de zonas urbanas. La naturaleza, origen social y circunstancias del estudiante son los factores decisivos a considerar a la hora de discutir qué hacer con las matemáticas y la calidad de la educación en las escuelas y la universidad en Nicaragua.

La posición acerca de que el problema de la enseñanza-aprendizaje en matemáticas y por lo general de la calidad de la educación, es una cuestión cultural mucho más compleja que la que reduce estas variables a la simple dimensión de lo escolar y sus componentes, obliga a considerar el problema y sus soluciones de manera holística, sistémica e integral y no sólo poniendo su atención en aspectos escolarizados como el currículum, maestros, infraestructura y financiamiento, como gustan opinar los expertos de algunas onegés opositoras al gobierno.

Se necesitará, por tanto, que conjuntamente con la atención a esos componentes se realice una campaña permanente y a profundidad, de difusión, educación y propaganda sobre las virtudes y consecuencias de las matemáticas para la vida productiva y el desarrollo social, y de la facilidad para enseñarlas y aprenderlas si, como dicen los pedagogos japoneses, se enseñan y aprenden con sentido lúdico, como si fuesen un juego.

El problema de las matemáticas y de la “mala educación” en Nicaragua es una disfunción cultural, igual que lo es la basura en nuestras ciudades, espacios públicos y carreteras, y no se solucionará si no es concertando alrededor de un objetivo común, múltiples iniciativas y mecanismos como las que ha propuesto nuestro gobierno en la actualidad con la Campaña Vivir Bonito, vivir bien, en la cual están incluidas alcaldías, escuelas, policía, empresa privada, medios de comunicación, organizaciones políticas y sociales.


* Profesor.

migueldecastilla68@hotmail.com