miércoles, 28 de mayo de 2014

Los valores en el viejo currículo

En cualquier sociedad, la educación cumple con la tarea de ser factor de reproducción de las calificaciones de la fuerza de trabajo y de los valores de la ideología dominante, y derivado de esto, contradictoriamente, la educación también es factor de movilidad y desigualdad social, en el interior de la estructura social de clases de un país determinado.

Respecto al tema de los valores y su relación con la educación, durante los dieciséis años de los gobiernos de formato liberal hay un valor que sobresale, este es el dinero. La escuela neoliberal como el lugar para aprender a vender y comprar y de preparación del estudiante para la vida mercantil en un mundo y un tiempo donde todo se vende y todo se compra. Las escuelas convertidas en pequeñas pulperías de comida chatarra, libros de texto, lapiceros y servicios bancarios para el pago de las mensualidades por el derecho a estudiar.

Pero la oferta ideológica neoliberal no se agotaba con un componente tan duro como son los pesos y centavos, y por ello a la par se creó en la sede central del Ministerio de Educación lo que se llamó Dirección de Valores, cuyo propósito era “garantizar el rescate de las buenas costumbres” en los miembros de las comunidades educativas. En este orden, se emitieron normativas para los trabajadores de la sede ministerial, en las que se prohibía a las jóvenes el uso de faldas cortas, escotes y telas transparentes y a los varones se les orientaba el uso de saco y corbata. La doctrina de las faldas cortas fue refrendada años después por un manual escrito por un señor de origen peruano llamado Octavio Mavila, cuyo título era el Decálogo del Desarrollo.

Este manual no tendría nada de particular dado el contexto en que se produjo, si no fuera por su apuesta ideológica falsa y mentirosa que sin ningún rubor ofrecía que si los estudiantes nicaragüenses eran ordenados, limpios, puntuales y respetuosos de los reglamentos, así como ahorrativos y con deseos de superación, Nicaragua pronto saldría del atraso y el subdesarrollo como, por esos motivos, habían salido de esa situación económica y social Japón, Inglaterra, Estados Unidos y Alemania.


Como es posible observar, esta oferta ideológica enmascara las verdaderas causas del subdesarrollo nicaragüense y latinoamericano. La explicación de nuestro atraso y subdesarrollo está relacionada más con las formas y maneras como se conformaron las clases sociales a través de la historia nacional y las relaciones políticas, económicas y culturales de la oligarquía nicaragüense con las clases dominantes a nivel internacional, que con nuestra ancestral y proverbial falta de puntualidad nicaragüense.

jueves, 22 de mayo de 2014

Las maestras y maestros, y el nuevo currículo

La relación entre los y las docentes y el proceso de elaboración del currículo, es la misma que la teoría de la planificación postula respecto a la relación entre planificación y gestión y/o entre planificadores y ejecutores. 

Con base en esto, el proceso de elaboración y puesta en marcha del nuevo currículo en Nicaragua en el período 2007-2009, contó en cada etapa del mismo; cuenta en la actualidad con la participación, consciente y comprometida, del magisterio nicaragüense. No podía ser de otra manera, si los maestros y maestras serían los ejecutores; ellos debían ser también los programadores.

La puerta de entrada a la participación de las maestras y maestros en el proceso de elaboración del currículo fue a través de múltiples procesos de pilotaje, prueba y validación de las diferentes aproximaciones a la propuesta curricular definitiva. A los docentes se entregaban las diferentes versiones de los currículos; ellos los ponían en práctica y posteriormente a través de talleres “ad hoc” expresaban sus criterios para el perfeccionamiento o corrección de la versión propuesta. En esta modalidad de participación directa, participaron 2,490 maestros de 134 centros educativos.

Este proceso de consulta en el interior del sistema escolar fue completado con la consulta al exterior del mismo, en el que participaron activamente los docentes como organizadores de los diferentes mecanismos de consulta y como respondientes, principalmente en los 19 foros-talleres realizados con educadores en todos los departamentos del país, en el que participaron 7,998 docentes.

La participación de los educadores, tanto en la manera de pilotaje y validación como en la de consulta externa en los foros-talleres y las otras modalidades, fue fundamentalmente de docentes de las educaciones primaria y secundaria. No obstante, a la par de estos también participaron docentes de la educación superior, especialistas en elaboración curricular y libros de texto en las diferentes asignaturas del currículo.

Pero la participación del magisterio en el proceso curricular, no se agotó en la etapa de construcción del currículo propiamente dicho, sino que esta avanza en la actualidad durante los últimos viernes de cada mes, cuando todos los educadores del país se reúnen en sus TEPCEs a evaluar y programar los currículos mensuales.


De esta manera, la participación del magisterio a través de todos estos mecanismos, y principalmente de los TEPCEs, en el proceso de elaboración y práctica del currículo, ha sido fundamental para la legitimidad y sustentabilidad del mismo, toda vez que con su influencia e incidencia en la cotidianeidad del aula de clases, poco a poco, van asumiendo como suyos sus propósitos, contenidos y filosofía, proceso sicosocial que a la postre contribuye a garantizar la calidad de los aprendizajes de los estudiantes y, por ende, de la educación nicaragüense.

jueves, 15 de mayo de 2014

¿Cómo se elaboró el nuevo currículo?


En artículos recientes hemos procurado ofrecer información sobre las características del nuevo modelo curricular nicaragüense y el proceso de elaboración del mismo, el que tuviera como referente los resultados de la Gran Consulta Nacional del Currículo. En esta oportunidad buscamos responder a la pregunta: ¿cómo se elaboró el nuevo currículo?
El proceso de elaboración del currículo de la Educación Básica y Media en Nicaragua estuvo a cargo de 127 especialistas nicaragüenses del Ministerio de Educación y de las facultades de educación de varias universidades del país, quienes integraron diferentes comisiones con funciones directivas, normativas y de análisis y programación curricular.
Entre estas, las Comisiones Curriculares –que diseñaron y elaboraron los planes y programas de estudio– y el Observatorio Nacional del Diseño Curricular, que garantizó que los resultados de la consulta fueran incorporados a los 95 cuadernos curriculares, que se entregaron a todos los docentes del país, los 19 complejos didácticos (libros de texto y cuadernos de trabajo) y los 36 fascículos de aprendizaje para multigrado.
Simultáneamente al proceso de consulta, se elaboró el Plan y Marco de Referencia del proceso de transformación curricular, con base en la Constitución Política, la Ley General de Educación, el Plan Nacional de Desarrollo Humano y las Políticas Educativas del GRUN, así como la consulta al informe sobre los aprendizajes del futuro, propuesto por la Comisión Internacional de Educación de la Unesco en 1996, conocido como "La Educación encierra un tesoro".
Una comisión especial integrada por consultores de la UNAN-Managua procesó los resultados de las consultas de la Consulta, los que fueron presentados a las comisiones que elaborarían los ciento cincuenta documentos curriculares por niveles, disciplinas, grados y modalidades. Por ejemplo, la Comisión de los Ejes Transversales construyó cada eje con base en los aportes de los padres de familia y organismos especializados en medio ambiente, derechos humanos, cultura de paz, etc., y vigiló que estos aparecieran debidamente en las diferentes asignaturas.
Una vez elaborados los programas de estudio, se conformaron los colectivos de autores nacionales, con personal especializado para elaborar los nuevos libros de texto y cuadernos de trabajo para todos los grados de preescolar, primaria y secundaria.
La etapa final de este proceso, lo constituyó la elaboración de la Estrategia Nacional de Capacitación para la aplicación del nuevo currículo en los centros escolares del país, y la ejecución de los talleres de intercapacitación nacional, departamental y municipal. De este proceso, surgió la Red Nacional de Capacitación y Acompañamiento Pedagógico (Red-cap) como uno de los componentes fundamentales del actual Modelo Curricular Nicaragüense y como mecanismo fundamental para la organización y seguimiento mensual de los TEPCEs en la actualidad.

jueves, 8 de mayo de 2014

Las consultas de la Consulta

El antecedente de la gran Consulta Nacional del Currículo (2007-2008) fue la gran Consulta Nacional para definir Fines, Principios y Objetivos de la Nueva Educación, realizada en 1981 de cara a establecer la filosofía de la educación nicaragüense en el contexto de la revolución. No obstante, la Consulta sobre el Currículo fue metodológicamente diferente, debido a que la consulta sobre Fines y Principios se realizó a través de una encuesta nacional basada en un cuestionario de 55 preguntas, mientras que la del Currículo, consistió en un conjunto complejo de procesos de estudio, debate y reflexión, que duró entre marzo y diciembre del 2007.
La puerta de entrada a la Consulta fue la convocatoria en abril del 2007 a representantes de 150 instituciones del Estado, universidades, colegios profesionales, academias y asociaciones, para la presentación de la idea de la Consulta y la entrega de dieciséis CD-R conteniendo la propuesta preliminar del currículo de la educación básica y media, a fin de conocer sus posiciones y recomendaciones respecto al mismo, las que fueron presentadas para su debate y adopción en un Taller Nacional de tres días, tres meses después.
Paralelo a la consulta electrónica a las organizaciones, se realizaron 38 foros- talleres de Consulta en todos los departamentos del país, incluida la Costa Caribe, 19 con representantes locales de los Consejos del Poder Ciudadano, gobiernos municipales, empresarios y profesionales, y 19 con educadores de todos los niveles educativos, con la participación de 7,498 docentes y un foro-taller con estudiantes de secundaria.
Conjuntamente a la realización de los foros-talleres y la Consulta electrónica se efectuaron once grupos focales con la población en parques, mercados municipales y atrios de iglesias, a los que se bautizó con el nombre de Cabildos Curriculares. Se instalaron toldos, asientos y mesas y en un papelógrafo se recogieron las propuestas sobre el tipo de educación que pedía la población.
Aprovechando las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, se promovió un conjunto de actividades, ubicando una encuesta en el portal del Mined con preguntas relacionadas con la educación que demandaba la población. Las actividades de recolección de información con base en esta modalidad, fueron conversaciones en línea y el uso del correo electrónico para recibir y enviar mensajes.
Toda la información recolectada a través de los diferentes procedimientos fue sometida a un riguroso proceso de sistematización y análisis cruzado, camino a su presentación en el foro-taller donde al final se seleccionaron y validaron los aportes definitivos que fueron incorporados al nuevo currículo. A partir de febrero del 2009 se comenzó a ejecutar el currículo consultado y elaborado entre 2007 y 2008.



domingo, 4 de mayo de 2014

De temblores, terremotos y el nuevo currículo

Una de las novedades del nuevo Currículo de la Educación Básica y Media de Nicaragua es el enfoque de los Ejes Transversales, los que se definen como aquellos temas que surgiendo de las necesidades sociales, “impregnan dinámicamente el currículo y se articulan secuencialmente en las diferentes áreas y asignaturas de los planes de estudio del sistema escolar”.
En este contexto, algunos ejes transversales del currículo nicaragüense son: educación de la sexualidad, educación en derechos humanos, educación para la equidad y la diversidad, educación en, para y por el trabajo, las nuevas tecnologías de la información, educación para el desarrollo ambiental sostenible y otros.
Precisamente, en este último Eje se encuentra el componente de “Prevención y gestión de riesgo para la reducción de desastres”, el que está inserto en los programas de estudio de los diferentes niveles y modalidades, especialmente en las asignaturas relacionadas con las Ciencias Naturales y los Estudios Sociales.
El enfoque por competencias con base en el cual está elaborado el nuevo currículo, en vigencia desde 2009, respecto al tema referido a la prevención y gestión de riesgo, se propone alcanzar en los estudiantes de la educación primaria y secundaria competencias relacionadas con las “prácticas de medidas de protección ante fenómenos naturales y antrópicos… y la participación en acciones de prevención, mitigación y atención a desastres…; proponiéndose como propósitos: analizar la Ley 337, en especial, los artículos que orienten la práctica de medidas de prevención y mitigación, y participar en acciones de sensibilización y en brigadas de prevención y atención a desastres.
Dado su carácter transversal, el tema de la “prevención y gestión de riesgos” es posible encontrarlo en las asignaturas de Ciencias Naturales de tercero a sexto grados en la VII Unidad, referida al Medio Ambiente y los Recursos Naturales, y de séptimo a noveno grados en la V Unidad; y en Estudios Sociales de tercero a sexto grados en la II Unidad, que incluye el estudio de las zonas sísmicas, volcánicas y áreas vulnerables del país, y de séptimo a noveno grados en la V Unidad de Geografía de Nicaragua, América y Universal, con temas relacionados con zonas de riesgo y la práctica de medidas de prevención y mitigación.
El propósito final es desarrollar en los estudiantes capacidades para planificar, organizar y ejecutar acciones que permitan prevenir, mitigar o reducir las consecuencias de los desastres naturales.

Obviamente, igual que en otras esferas de la vida social, la tarea de forjar competencias y capacidades para prevenir y atender desastres en la niñez y en la juventud nicaragüense, debiera de ser tarea de las escuelas, de las familias y de los medios de comunicación, todas, de manera mancomunada, forjando valores y actitudes favorables al bien común.