viernes, 30 de septiembre de 2016

El Luther King o el oficio de construir una Cultura de Paz

El pasado 21 de septiembre, celebrando el Día Internacional de la Paz, la Universidad Politécnica de Nicaragua, a través de su Instituto Martin Luther King (IMLK), presentó en la Sala Pablo Antonio Cuadra de Hispamer, su libro La Rama de Olivo, Una Cultura de Paz Global.  Un libro de creación colectiva, integrado por las más variadas voces de Nicaragua y el extranjero  alrededor de la Paz.
El Instituto de Investigaciones y Acción Social Martin Luther King de la Upoli es el único organismo de carácter académico en Nicaragua, y probablemente de la región, cuya misión institucional de investigación-docencia y extensión sea la Paz.  La Paz, esa esquiva relación social, que para nuestra desgracia, ha sido el sueño anhelado pocas veces cumplido, de generaciones  de nicaragüenses a través  de nuestra historia.  En el contexto actual de la Academia Nicaragüense, la obra del Luther King, es para la Upoli,  lo que el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica es para la UCA,  o el Centro de Investigaciones de los Recursos Acuáticos (CIRA) y el Centro de Investigaciones Geocientíficas (Cigeo) son para la UNAN-Managua.
Fundado en 1993, en los primeros años después de finalizada la agresión imperialista, que enfrentó a las familias nicaragüenses en guerra fratricida, el IMLK se propuso “levantar, divulgar, diseminar y proponer la creación del paradigma de la Cultura de Paz, que contribuyera a cambiar el curso de nuestra historia ensangrentada…. y que superara una cultura de la violencia, que ha moldeado nuestro ser nacional y que ha estado en la base de nuestro atraso secular”.
El libro La Rama de Olivo, una Cultura de Paz Global, se incorpora a una amplia lista de textos que buscan construir los fundamentos de una Cultura de Paz  global desde Nicaragua. Libros como Historia y Violencia; Historia y Reconciliación; Derechos Humanos; Historia Fundamentos y Textos; Educación para una Cultura de Paz; Bases Bíblico-Teológicas para una Cultura de Paz; Historia, Epistemología y Textos, además de 22 años de publicación sostenida de la espléndida, laureada y reconocida Revista Cultura de Paz; más todas las acciones que el Instituto ha desarrollado para diseminar el paradigma entre sujetos y sectores claves de la sociedad nicaragüense, hacen que el Luther King de la Upoli, ocupe el más destacado lugar en la transmisión de los conocimientos y saberes básicos  del proceso  de construcción de una Cultura de Paz.
La producción editorial del Luther King de más de treinta obras,  completa su círculo virtuoso universitario, haciéndose vida en actividades docentes y de extensión, que englobadas en el concepto de Cultura de Paz, realiza  en todas las carreras y aulas de la Upoli,  en nueve universidades del país, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y la Policía Nacional en la Academia Walter Mendoza.  A la par de las actividades de docencia directa, el Luther King elaboró un currículum para la enseñanza de la Cultura de Paz, que  en su momento fue ampliamente elogiado por el exdirector general de la Unesco, profesor Federico Mayor Zaragoza.  En años posteriores, con base en estas experiencias, la Unesco creó las Cátedras de Cultura de Paz, que hoy se realizan en muchas Universidades del mundo.
A la par de su obra investigativa y docente, el IMLK ha cumplido actividades de Extensión como la creación de la Orden de la Paz Martin Luther King, que ha sido entregada a personalidades forjadoras de Cultura de Paz de Nicaragua y el extranjero.  De igual manera el IMLK ha elaborado y presentado importantes iniciativas de paz para ser acogidas por nuestra Asamblea Nacional, el Parlacen y la Asamblea General de Naciones Unidas, lo que le ha valido ser miembro del Consorcio Internacional de Investigaciones  sobre la Violencia.
El Instituto Martin Luther King, con su obra de más de veinte años, es un importante punto de apoyo,  desde la academia, para  la Comisión Nacional de Reconciliación y Paz que preside el Cardenal Miguel Obando y Bravo y del Gobierno de la República y todos sus programas de lucha contra la pobreza, que con sus acciones destruyen los nichos donde se incuban las larvas de la violencia.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Es en la mente de los hombres

Cuando en 1945 la humanidad venía saliendo del horror de la Guerra, y en especial de la terrible experiencia del uso del arma nuclear en contra de pueblos indefensos, después de numerosos encuentros orientados a la reconstrucción de la cooperación internacional en el campo de la educación en la Europa devastada, surgió la idea de la creación de una Organización de carácter internacional sobre la educación y la cultura primero, y posteriormente también sobre la ciencia, la que en aquellos días adoptará el nombre de Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).  En el Preámbulo  de su Constitución, por propuesta de Clement Attlee, Primer Ministro del Reino Unido y de Archibald Macleish, Bibliotecario del Congreso de Estados Unidos, se establece lo que será el lema de la naciente Organización, que dice: “Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la Paz”.
Desde entonces, cada Programa o actividad de la Unesco en el mundo en los campos de la Educación, la Ciencia y la Cultura, van encaminadas a la promoción de la comprensión, la tolerancia, la concordia y la amistad entre los hombres.   Por este motivo, para la Unesco, la Paz y la violencia entre los seres humanos, se explican de conformidad a la presencia o ausencia de un conjunto de factores de carácter social, en un contexto geográfico e histórico determinado. Por ello junto a enumerar los beneficios de la paz, casi siempre, en cada aniversario del Día Internacional de la Paz, los 21 de septiembre de cada año, o en los eventos internacionales dedicados a este tema, la Organización presenta los diagnósticos y situación de esos factores en las diferentes regiones del mundo.
En este contexto, el saludo de la Directora General Sra. Irina Bokova, al Día Internacional de la Paz de este año, que se celebrara ayer, inicia así: “Vivimos tiempos turbulentos. Turbulentos para la humanidad y turbulentos para el planeta. Persiste la pobreza y se agravan las desigualdades. Muchas sociedades siguen desgarradas por conflictos que exponen a millones de mujeres y hombres a un inmenso sufrimiento. Arrecian los extremismos violentos: la barbarie de los actos terroristas golpea a sociedades de todas las regiones. El mundo afronta la mayor crisis de refugiados y desplazados de nuestro tiempo, crisis que en 2015 elevó el número de personas desplazadas forzosamente hasta los 65.3 millones.  La diversidad y el patrimonio cultural de la humanidad se ven atacados. Los sitios del patrimonio cultural son destruidos para erradicar el mensaje de diálogo y tolerancia que traen consigo. Al mismo tiempo, el planeta sufre una presión creciente debido a las consecuencias del cambio climático”.
Lo anterior es un recuento de la situación actual de pobreza y desigualdades que vivimos hoy los seres humanos, a lo que se suman los fundamentalismos religiosos e ideológicos, constituyéndose en la matriz en que se incuban, nacen, crecen y se reproducen estos tiempos turbulentos para la humanidad y el planeta. En la región centroamericana, en especial en el llamado Triángulo   Norte, la pobreza y las desigualdades se presentan cruzadas transversalmente por el narcotráfico, las maras y el crimen organizado.  Es nuestra desgraciada contribución  como región a esa geografía de violencia que aflige al planeta hoy por hoy.
Por ello es que el lema de la Unesco, acerca de que “es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”, se torna en un imperativo  imprescindible, urgente y necesario. Un nuevo motivo, quizá el más importante, para apostar todo por la educación, por una educación en la que se construyan valores y principios propios de una Cultura de Paz.
Por ese motivo, es que el tercer pilar de la educación del Informe Delors invita a todos a Aprender a Convivir. La Convivencia, la amistad, la solidaridad y la tolerancia como principio fundamental para sentar las bases de sociedades que enarbolen  y practiquen valores, principios, comportamientos, maneras de ser y actitudes de fraternidad frente a los problemas de la vida y frente a los demás seres humanos, nuestros semejantes, nuestros hermanos.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Memorial de Ricardo Morales Avilés. La Patria agradecida.

En estos días, todo se llena de azul y blanco, se evidencia frente a nuestros ojos el valor social y político más importante de un país como lo son los valores patrióticos, o sea la asunción emocional y consciente de un conjunto de símbolos que caracterizan e identifican a un pueblo y a una nación. Los valores son comportamientos colectivos, portadores de determinadas cualidades consideradas positivas para el desarrollo de una determinada sociedad.  En este orden, los valores patrióticos están relacionados con esa subjetividad que llamamos Patria y que se materializa en un himno, unas banderas, unas comidas, una celebración religiosa, una canción, una personalidad que ha alcanzado la categoría de héroe.  
Los valores se reproducen y multiplican en el tiempo, cara al futuro, a través de todas las formas y maneras de hacer educación. A través de la educación informal, agencias educativas como la familia, transmiten y reproducen los valores dominantes en una sociedad históricamente determinada. Respecto al caso específico de Nicaragua, la ideología y los valores patrióticos sandinistas diseminados hoy en toda la geografía nacional, por ejemplo, han tenido en las familias que abrazan esta ideología, el escenario propicio para reproducirse en las nuevas generaciones de niños y jóvenes sandinistas de todo el país.  
Existe en la historia de Nicaragua, un maestro que por su pensamiento, acción política y su ejemplo, es la síntesis paradigmática de lo que podría llamarse un auténtico profesor de valores patrióticos. Un ser humano que, como el Che Guevara y Carlos Fonseca, escribió discursos e impartió conferencias, fue profesor universitario y entregó su vida por amor a los pobres de su Patria.  Se trata del maestro normalista Ricardo Morales Avilés, nacido el 11 de junio de 1939 en Diriamba, y asesinado por la Guardia Somocista a los 34 años,  el 17 de septiembre de 1973, en Nandaime, después de ser detenido junto a Óscar Turcios.
Ricardo se gradúa como maestro de educación primaria en la Escuela Normal Franklin Delano Roosevelt de Jinotepe, el 17 de febrero de 1959. Con el apoyo de su profesor y amigo sacerdote Guillermo Quintanilla Jarquín viaja a México a estudiar Psicología y Pedagogía  en la Universidad Nacional Autónoma de México.  Durante ese período, escribe su primer escrito de carácter político, titulado “La Revolución Sandinista, fuerza Motriz de la Historia”, abraza el ideario de Sandino y Carlos Marx, establece relaciones políticas  con Carlos Fonseca y se incorpora al Frente Sandinista.  En 1966 retorna a Nicaragua, donde su trabajo será combinar sus actividades de profesor de Psicología en la UNAN, de activista político con el movimiento sindical y de guerrillero urbano en la capital.
En diciembre de 1968, es capturado por la Guardia Somocista saliendo en libertad en octubre de 1971. En la cárcel durante esos años, estudia y escribe. Escribe bellísimos poemas de amor a su hermana y compañera sandinista Doris María Tijerino Haslam y escribe sus  reflexiones sobre el roll de los revolucionarios y las dificultades que atravesaba la lucha sandinista en aquellos momentos.  Al respecto, Ricardo escribe: “Ahora estoy aquí prisionero porque lucho por una causa justa. ¿Cuál será mi destino? Lo importante es que estamos al lado del pueblo y que estamos haciendo su historia. El mundo nuevo que surgirá del seno de nuestra lucha será moldeado, en parte, por la contribución distinta y común de cada uno de nosotros”.
Son los años en que Ricardo es torturado para obligarlo a que denunciara a sus hermanos de lucha en la clandestinidad, confirmando con su silencio, el coraje, firmeza y lealtad como características fundacionales de los sandinistas, cantado por Carlos Mejía Godoy, cuando nos cuenta el testimonio de su torturador: “Jamás pudimos sacarle más palabras que las mismas/soy y seré militante de la causa sandinista”.
Hoy la antigua Escuela Normal Franklin Delano Roosevelt de Jinotepe, en donde estudiara Ricardo, orgullosa ostenta su nombre, como un reconocimiento a su vida, obra y ejemplo del compromiso de los intelectuales y los maestros con los sufrimientos y luchas de su pueblo.  El mejor homenaje a Ricardo, en este nuevo aniversario de su paso a la eternidad, es este presente de victorias que hoy vivimos los nicaragüenses.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Celebrando el 50 Aniversario del Día Internacional de la Alfabetización

En el libro de efemérides de la Unesco sobresale el 8 de septiembre de cada año, como el Día Internacional de la Alfabetización.
La alfabetización es el proceso de enseñanza-aprendizaje mediante el cual una persona o un grupo de personas aprenden a leer y escribir, dos capacidades que en las circunstancias de la Revolución Científica y Técnica y de la Revolución Informacional son fundamentales para el desarrollo de cada persona, familia y comunidad. La alfabetización es requisito imprescindible para acceder a un puesto de trabajo digno y para que las personas puedan conocer sus derechos y defenderlos.
El extraordinario desarrollo cultural, científico y educativo a nivel mundial en la época actual, ha provocado la necesidad de otros tipos de alfabetización, estos son la alfabetización científica, la digital y la cultural. No obstante, el aprendizaje de la lectura y la escritura es lo fundamental, ellas son la llave para acceder y abrir las puertas a las otras alfabetizaciones.   Por la importancia de la alfabetización para el desarrollo de los países, el análisis de las tasas de esta variable ocupa un lugar preferencial en los informes de los organismos estatales y privados de carácter económico y social. La relevancia de la alfabetización es tal, que la Unesco, no solo le ha dedicado uno de los 
días de su libro de efemérides, sino que  anualmente otorga un conjunto de premios a los gobiernos e instituciones privadas, promotoras de experiencias exitosas en el campo de la alfabetización.
En la actualidad, cada año la Unesco otorga dos premios internacionales de alfabetización, a saber: el Premio de Alfabetización Unesco-Rey Sejong y el Premio Unesco-Confucio de Alfabetización.  El tema de los Premios Internacionales de Alfabetización en el año 2015 fue: alfabetización y sociedades sostenibles.  Las organizaciones ganadoras de estos premios en el 2015 fueron la Asociación Progreso de Mozambique y el Instituto de Educación de Sri Lanka ganadoras del Premio Unesco-Rey Sejong.  Por su parte el Premio Unesco-Confucio de Alfabetización fue otorgado a La Plataforma de Asociaciones de Acción Escolar de Madagascar; a la Escuela Juan Luis Vives de Valparaíso, Chile y a la Asociación Svatobor de Eslovaquia.
El Mensaje de la Directora General de la Unesco  Irina Bokova, con motivo de la efemérides de este año, al referirse a  la situación de la relación alfabetización-analfabetismo en el mundo, expresa que: “Hoy en día sigue habiendo 758 millones de analfabetos que no saben leer ni escribir una frase sencilla, dos tercios de los cuales son mujeres”.  Lo que dice, que a pesar de los múltiples esfuerzos que los gobiernos e instituciones privadas realizan para la eliminación de esta rémora social, la situación del analfabetismo en el mundo, persiste y es grave, siendo en los países empobrecidos donde este fenómeno está casi siempre presente.
Las tasas de alfabetización, igual a todas las de carácter social, no son estáticas, por el contrario son intrínsecamente dinámicas, conforme se mueven, positiva o negativamente, los factores que las determinan. Para el caso del analfabetismo, las campañas y programas institucionales de alfabetización son importantes para reducir la amplitud de las tasas; no obstante solo ellas no bastan para eliminar esta enfermedad social, lo decisivo y fundamental para todos los países, es la  combinación y articulación de estos programas de la educación no formal con la ampliación de la matrícula y la retención de la población matriculada en los tres ciclos del Nivel Preescolar y los cuatro primeros grados del Nivel Primario de la educación formal.  Con las Campañas de Alfabetización se elimina el analfabetismo  de la población adulta y con la elevación de la matrícula en los primeros grados de la Educación Inicial se destruye la larva de los analfabetos del futuro.
En Nicaragua, país con una historia de mucha tradición y muchos frutos en el terreno de la alfabetización, en los días que corren, con el énfasis puesto por el Ministerio de Educación en la Educación Preescolar y los primeros grados de primaria y la permanente actividad en el terreno de la Educación de Adultos y la Alfabetización, se dan pasos seguros para alcanzar en el cercano futuro la meta deseada de la eliminación definitiva del analfabetismo.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Aprender a Ser, para Aprender a Ser Autónomo

El cuarto aprendizaje presentado por la Segunda Comisión Internacional sobre la Educación de la Unesco presidida por Jacques Delors, en la obra La Educación encierra un Tesoro (1996), es Aprender a Ser.  Como es posible observar, esta sección del libro mencionado, recupera el nombre del Informe de la primera Comisión Internacional sobre la Educación de 1972, cuyo nombre precisamente era: Aprender a Ser,  La Educación del futuro.
Ser en el sentido de las dos primeras Comisiones Internacionales de la Unesco sobre la Educación significa Autonomía, ser autónomo, es decir, capacidad para tomar decisiones propias, Aprender a Ser, como el resultado de una educación para enseñar a Ser.  Aprender a ser, es el aprendizaje síntesis en el que convergen los otros tres aprendizajes del Informe Delors, esto es:
Aprender a Conocer; Aprender a Hacer y Aprender a Vivir juntos.  Conocer, hacer y vivir juntos como punto de llegada en el proceso de enseñar y aprender en los centros educativos y como punto de partida para el estudiante de la educación escolar camino a su vida adulta y ciudadana.
La Comisión lo expresa así: “Aprender a Ser, para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y responsabilidad”. 
Para alcanzar estos propósitos, propone “no menospreciar en la educación ninguna de las posibilidades de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, aptitudes para comunicar”, por lo que, “una concepción más amplia de la educación, debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas… lo cual supone -dice la Comisión– trascender la visión puramente instrumental de la educación”.
Esta cualidad trascendente de la educación, es contraria a la concepción utilitarista de la persona como simple recurso humano y/o como tuerca del aparato productivo, pensada en términos meramente empresariales. La educación desde este punto de vista, cumple funciones y tareas cualitativamente superiores, encaminadas al desarrollo de la persona y de los seres humanos, tanto en términos individuales como colectivos.
En este contexto, será misión de los educadores, enseñar a nuestros educandos con quienes compartimos la tarea educativa, a alcanzar su autonomía, cotidiana y permanente en cada uno de los pasos y etapas del proceso enseñanza–aprendizaje. Así desde los niveles iniciales de aprestamiento y socialización en la educación no formal, en la familia o los centros de estimulación temprana, continuando con los otros niveles de la educación formal hasta los más altos de la Educación Terciaria o Universitaria.  Autonomía a la hora de enseñar a aprender a leer y escribir.  Autonomía a la hora de aprender todo, desde los más complejos procesos matemáticos hasta aprender a tocar violín, etc.
Darle alas al estudiante, para que pueda moverse, caminar y volar sin necesitar de nuestra ayuda.  Darle alas al estudiante para que pueda decir su palabra sin ayuda de nadie.  Darle alas al estudiante significará que nosotros los docentes enseñemos a nuestros estudiantes los contenidos del currículo previsto, pero también los valores propios y apropiados de unas relaciones sociales sanas, para que, cuando el estudiante llegue a su vida adulta, su desempeño social esté encaminado a la construcción colectiva de una sociedad de solidarios, de pacíficos, de hermanos.
La comprensión de la educación como un proceso para Aprender a Ser es de importancia fundamental no solo para los docentes en la educación formal, sino que también para padres y madres de familia en los procesos de socialización de la educación no formal e informal.
Para los docentes universitarios, nuestro más grande logro habrá de ser, que nuestros estudiantes aprendan a ser autónomos, de manera tal que ellos o ellas aprendan a valerse por sus propios medios, esto es, que cuando eran estudiantes aprendieron a conocer y aprendieron a aprender en todas las asignaturas del currículo a través de las diferentes maneras de investigar que aprendieron en el transcurso de sus carreras. Es la educación enseñando a Ser al ser humano, a ser autónomos e independientes, y en ese proceso, a la vez que los docentes enseñamos a nuestros estudiantes a que aprendan a ser autónomos, nosotros también alcanzamos nuestra propia autonomía.