miércoles, 31 de julio de 2013

El Modelo de Universidad del CNEA

Como es conocido, las tres funciones sustantivas de la Universidad no vinieron juntas con la llegada de la Universidad Colonial a Nicaragua. Primero fue la Función de la Enseñanza de las Profesiones en 1812; después fue la Función de la Extensión Universitaria (o Proyección Social) en 1960, con Mariano Fiallos Gil, y hace treinta años, en el contexto de la Revolución Popular Sandinista, la Función de la Investigación Científica Universitaria.

Las funciones universitarias articuladas y en orden sistémico conforman los Modelos Académicos Universitarios. Según sea la preeminencia de una de las funciones sobre las otras en el interior del sistema, así será calificado el Modelo. Estos son los casos del Modelo Profesionista, según el cual, la función líder es la de la Enseñanza de las Profesiones, común hoy en la América de habla hispana; o del Modelo de la Universidad de Investigación, que es el Modelo de la Universidad Alemana y de muchas de las principales universidades estadounidenses; o la Universidad, cuyo modelo es el Napoleónico, que separa la función docente de la investigación, en Facultades e Institutos de Investigación Científica.

En este contexto, una ausencia radical en el enfoque y marco conceptual de la Guía de Autoevaluación Institucional con fines de mejora del CNEA, es que por ningún lado aparece ninguna mención al Modelo Académico que servirá de referente al proceso evaluador de las Universidades y Centros de Educación Superior del país. Así, si todo modelo académico, por su naturaleza, es un sistema con diferentes modos de articulación entre sus actividades sustantivas, al parecer el Modelo de Universidad que tutela el CNEA es un No sistema.

Igual que el subsistema de la Educación Superior se define como un No sistema, y el llamado Sistema Nacional de Educación es un No sistema, el Modelo de Universidad del CNEA es un No Sistema. En suma: La desarticulación como vocación, filosofía, cultura y manera de ser de todo lo educativo institucional del país. El CNEA es así mecanismo legitimador de la reproducción de la desarticulación de la Educación en Nicaragua.

No es que los redactores de la Guía ignoraran que entre las funciones universitarias debe haber múltiples ductos de comunicación; claro que ellos lo sabían, tan es así, que cuando conceptualizan la función de Investigación Científica, aunque de manera fallida, mencionan la vinculación de esta con la función docente.

Y entonces, ¿dónde está el problema? El problema está en que esa vinculación se menciona solamente de parte de la investigación con la docencia, pues cuando se conceptualiza a la docencia, no se dejan creados los puertos de entrada y/o de salidas para su vinculación de doble vía con la investigación. Es decir, la vinculación de la investigación con la docencia es de una sola vía, se queda cortada a la mitad, sin reciprocidad ni respuesta de parte de la docencia. No hacen nodo sistémico. No se articulan.

Pero si este es el caso de la relación entre investigación y docencia (que como queda demostrado, no de la docencia con la investigación), el caso de la necesaria vinculación de estas dos funciones con la Extensión o Proyección Social es peor. Cuando se conceptualiza esta función universitaria, no se explicitan ni los procesos ni los resultados de la docencia y la investigación y su relación necesaria, eficiente y sin excusas con la Proyección Social.

El origen de este problema de calidad en la conceptualización de su objeto de estudio de parte del CNEA, está en la ausencia del punto de partida respecto de lo que en términos sistémicos macro-estructurales la misma le pedirá a las universidades. ¿A qué tipo de modelo académico se orientará la acción de las universidades durante el proceso de evaluación? No se conoce. ¿O será que como el propósito de este proceso es el simple mejoramiento del actual Modelo Profesionista y no su transformación, no era necesario pensar en un modelo alternativo que sirviera de referente para su evaluación, comparación y análisis? ¿No será entonces que estamos siendo injustos y le estamos pidiendo peras a los olmos?

* Sociólogo, profesor UNAN-Managua