Los Patrimonios Culturales de la Humanidad de la Unesco, no se circunscriben solamente a monumentos o bienes materiales, como son los casos para nuestro país de las Ruinas de León Viejo y de la Catedral de León, sino que con un horizonte más amplio, incluye a las manifestaciones culturales inmateriales, entre las que se cuentan: tradiciones orales, rituales y fiestas patronales, artes del espectáculo, gastronomía, alimentos o licores, conocimientos y prácticas de la medicina tradicional y/o relativos a la naturaleza, el universo, saberes y técnicas relacionadas con la artesanía y otras.
El carácter de los bienes culturales inmateriales permite la transmisión de los mismos de generación en generación, tanto a través del currículo escolar en la educación formal, como de la educación informal y no formal. En tanto, las prácticas de estas manifestaciones permiten la forja y construcción de identidades locales, regionales y nacionales, esta característica ofrece la oportunidad para el diálogo entre culturas, la comprensión, el respeto, la tolerancia y la unidad entre los seres humanos, lo que promueve y contribuye a la cohesión social “fomentando un sentimiento de identidad y responsabilidad, que ayuda a los individuos a sentirse miembros de una comunidad y de la sociedad de un país en general.”
El 17 de octubre del 2003, la conferencia general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación de la Ciencia y la Cultura-Unesco, en su 32da reunión, celebrada en París, aprobó el Texto de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en la que se define al Patrimonio Cultural como “los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas —junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes— que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este Patrimonio Cultural Inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y creatividad humana:”
Algunos de los Patrimonios Culturales Inmateriales de América Latina y el Caribe inscritos en la Lista Representativa de la Unesco en esta esfera, son los siguientes según países: Eshuva, los rezos cantados en Harakmbut del pueblo Huachipaire del Perú, el Círculo de Capoeira de Brasil, La fiesta de la Virgen de la Candelaria de Puno, Perú; el Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta de México; Las procesiones de Semana Santa de Popayán, Colombia; los Diablos Danzantes de Venezuela; la Parranda de San Pedro de Guarena y Guatire; Venezuela; El Güegüense de Nicaragua. Los Patrimonios Culturales Inmateriales que pertenecen a más de un país en América Latina son: el Patrimonio Oral y las manifestaciones culturales del pueblo Zápara de Ecuador y Perú; la Lengua, Danza y Música de los Garífunas de Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua y el Tango de Argentina y Uruguay.
Nicaragua, por su posición geográfica en el centro mesoamericano y por su historia de cruce de culturas desde la época precolombina, es poseedora hoy de una extraordinaria riqueza cultural inmaterial, la que se manifiesta y es posible observarla en todos los órdenes de la vida social de nuestro país. En la actualidad, el Gobierno de la República a través de los Ministerios de Educación y de la Economía Popular, el Inifon, el Instituto Nicaragüense de Cultura y otras entidades juveniles y culturales, promueve el desarrollo de una amplísima gama de patrimonios culturales nicaragüenses con el lema de Orgullo de Mi País, que contribuyen a forjar identidad y facilitan el proceso de transmitir de generación a generación la riqueza cultural del país. Son los casos, por ejemplo, de las fiestas patronales en todo los municipios del país, la celebración de la Purísima Concepción de Maria, los 7 de diciembre de cada año en las calles del país, especialmente en León y Granada; la Lavada de la Plata en El Viejo, Chinandega los 6 de diciembre; y las manifestaciones de arte sacro monumental en la Calle de las Alfombras en Subtiava, León, los Viernes Santos por la tarde.