jueves, 12 de abril de 2012

Influencias externas en la construcción de la universidad nicaragüense

Uno de los tópicos que sobresale en la revisión histórica de los 200 años de la universidad nicaragüense, es que esta y sus reformas, en cada una de sus etapas, no fue surgiendo de manera autónoma como producto del pensamiento y del debate de las ideas en el terreno de la cultura universitaria nicaragüense, sino que esta en todos los casos, desde la universidad colonial, la bicentenaria, hasta la universidad neoliberal actual, ha sido el producto de la influencia y determinación exógena, sea porque una institución externa, generalmente religiosa tomó la decisión de crear algún tipo de centro de educación superior en el país; sea porque las universidades pertenecieran a alguna red en el campo internacional, o sea producto de algún movimiento político, económico y social, en el que las universidades como órganos de diseminación cultural e ideológica, por su misma condición, no pudieron evadir el impacto externo, y por el contrario, pasaron a ser aparatos de reproducción de los mismos.     

Respecto a las universidades como decisión de alguna institución externa, el ejemplo clásico es el de la Universidad de León fundada el 10 de enero de 1812, por acuerdo del Rey de España, respondiendo a petición del presbítero Rafael Agustín Ayestas, Rector del Seminario Conciliar de San Ramón, quien  había solicitado la autorización para “expedir grados menores, previos a los exámenes correspondientes”.
Otros casos de universidades fundadas por instituciones de origen externo han sido la Universidad Centroamericana, UCA, fundada en 1960 por la Compañía de Jesús; y la Universidad Politécnica de Nicaragua, Upoli, fundada en 1967 por la Convención Bautista de Nicaragua.

El caso de universidades cuyas reformas y modelos de modernización han caminado de la mano de organismos internacionales, ha sido el de las universidades nacionales, que desde hace más de 60 años pertenecen a organizaciones regionales como el Consejo Superior Universitario Centroamericano, CSUCA, y la Unión de Universidades de América Latina, UDUAL.

El apoyo e influencia del Csuca a la Educación Superior Pública nicaragüense de los años 60, con la creación de los estudios generales y la departamentalización, se va a repetir desde mediados de los años 80 del siglo pasado hasta hoy, con la implantación de un conjunto de programas regionales en los campos de la investigación, los posgrados y en especial con los procesos de autoevaluación y acreditación de las universidades, como parte del mega-programa de globalización capitalista neoliberal a nivel mundial, del cual los sistemas escolares y en especial las universidades, son parte.

Otra de las influencias venidas desde el exterior, y que han impactado en la institucionalidad universitaria, han sido grandes movimientos políticos, económicos y sociales, que por causas obvias han convertido a las universidades a sus propósitos y estrategias, como lo fueran la Revolución Popular Sandinista que, con la consejería cubana, produjera la universidad popular de los 80, y la insurgencia y consolidación del capitalismo neoliberal, y con ello la privatización de los conocimientos, la ciencia y la técnica; el arte, la cultura y, por ende, las universidades. 

En este contexto, suponer a la universidad nicaragüense como producto de múltiples influencias exógenas, implica poner en evidencia, por un lado, la ausencia de debate y acuerdo colectivo sobre la idea de universidad, y dos, la absoluta y radical relatividad del concepto de autonomía universitaria, en un país de la periferia capitalista como el nuestro.

La ausencia de debate sobre el sentido de la palabra universidad, como parte de otras tantas carencias en nuestro desventurado país, no quiere decir, de ninguna manera, que entre los miembros de la comunidad universitaria nicaragüense no ha habido personas que de manera individual no hayan dedicado muchas horas de su vida a pensar en la universidad; lo que quiere decir es que ese pensamiento, por diferentes motivos, del que no escapan los motivos políticos, no ha encarnado en la mentalidad colectiva y generado una propuesta de modelo autónomo y nicaragüense de universidad para el presente y el futuro. El otro tema derivado de las influencias externas en el proceso de construcción de la universidad en Nicaragua, es el de la absoluta y radical relatividad de la autonomía universitaria en el subdesarrollo, pues, ¿de qué autonomía hablar en estas circunstancias?, ¿autonomía respecto a qué o a quién?, ¿al organismo que la creó, a la red de universidades a que pertenece, al mercado, al Estado? ¿Respecto a quiénes sí, y respecto a quiénes no?.