El maestro Cefas Asensio Flores, con su artículo “Realidades sobre la Descentralización Educativa”, END (07-03-14), procura defender el informe del consorcio privado Preal- Eduquemos, titulado Nicaragua, Informe de Progreso Educativo 2014,
en referencia a nuestro artículo “Insuficiencias éticas y metodológicas
en el Informe del Preal”, (END, 06-03-14), afirmando tajantemente y sin
ningún género de dudas que: “evidentemente la nuclearización educativa
no se presentó como una estrategia de descentralización, pero lo era de
hecho”.
Es decir, el maestro Asensio Flores acomoda la realidad según sus
intereses, por un lado dice que “la nuclearización educativa no se
presentó como una estrategia de descentralización”, para paso seguido
sospechar, interpretar y afirmar que los Núcleos Educativos son una estrategia de descentralización de la educación en nuestro país.
De nuevo, ¿cuál es la verdad de este penoso embrollo?
El gobierno sandinista nunca se planteó en el año 2007, como
reiterada y falsamente se afirma en el Informe, ningún modelo de
descentralización administrativa y financiera de la educación, en relevo
del proyecto privatizador de la educación conocido como Autonomía
Escolar.
Los Núcleos Educativos no son ningún modelo de descentralización de
la educación, son un componente fundamental del nuevo modelo curricular
de la educación básica y media en Nicaragua. En los Núcleos se realizan
los últimos viernes de cada mes los Talleres de Evaluación, Programación
y Capacitación Educativa (TEPCEs), del nuevo currículum nicaragüense.
Así, los currículum de cada nivel o grado preescolar y primario y de
cada asignatura del nivel secundario, los TEPCEs y los Núcleos
Educativos son los componentes imprescindibles del modelo curricular
desde el año 2009 en Nicaragua. Un constructo sin ningún antecedente en
la historia de la educación de Nicaragua y América Latina y el Caribe.
¿Entonces no existe ningún modelo de descentralización de la
educación en Nicaragua en la actualidad? Claro que existe, la diferencia
es que este es absoluta y radicalmente diferente al modelo de
descentralización administrativa y financiera patrocinado por
Preal-Eduquemos para Nicaragua y América Latina. La descentralización de
la educación en Nicaragua es la manera de ser y filosofía del nuevo
modelo curricular nicaragüense; en tanto en los TEPCEs, todos los
educadores del país mensualmente programan la educación,
contextualizando el treinta por ciento de los contenidos curriculares de
cada mes de acuerdo a las necesidades, características y problemáticas
de los estudiantes de cada territorio.
Así la descentralización de la educación en Nicaragua es la
descentralización y adecuación de los contenidos del currículum, y no de
los recursos financieros ni de las potestades y atributos del poder
como tradicionalmente se concibe a esta función administrativa.
Por otro lado, la política educativa número cuatro del Ministerio de
Educación era (y es) la participación social en las cuestiones
educativas del país. Esto es más, mucho más que lo que establece la Ley
de Participación Educativa como contracara de la finada Autonomía
Escolar para las escuelas. Es la participación de los maestros en los
TEPCEs, pero también es la participación de los maestros y la juventud
en todas las tareas educativas y sociales del país, en la
alfabetización, en el reforzamiento escolar, en la reparación y cuido de
los centros educativos, en el movimiento de alumnos ayudantes, etc.
Releyendo el Informe del consorcio Preal-Eduquemos y el artículo del
maestro Asensio, lo que sobresale es un problema de método. Para él y
probablemente para muchos que como él añoran los años de la autonomía
escolar, el modelo de descentralización de la educación ideal es el que
se implantó en Nicaragua entre 1993 y el 2006, y siendo esto así, leen
la realidad a través de ese lente y al hacerlo, nada de lo que se escape
o se oponga a aquel referente está bien y por lo tanto hay que
criticarlo y condenarlo. Por eso dice que “solamente se ha utilizado la
estructura funcional de los núcleos educativos, para la realización de
los encuentros técnicos de los docentes en los TEPCEs en los
territorios, dejando por fuera el resto de componentes, pero
particularmente el de la entrega de poder para decidir en lo
administrativo y técnico a los directores de centros educativos”.
Por eso es que todo lo afirmado por el consorcio Preal-Eduquemos es falso. La realidad que pretenden analizar solo está en su imaginación y sus deseos.
*Sociólogo-profesor, UNAN- Managua
migueldecastilla68@hotmail.com