jueves, 8 de marzo de 2012

La estrategia neoliberal contra el 6%

Para mi hijo, Ing. Carlos Antonio De Castilla Vargas.

Las disputas entre universidades públicas y universidades privadas en el país no se dan solamente en las pugnas por el mercado de posibles estudiantes para determinadas carreras, sino que avanza en la búsqueda de las cámaras del sector privado de este tipo de comercio-universidades, por restarle prestigio a las universidades públicas y crear alrededor de ellas una matriz de opinión desfavorable entre la población empobrecida del país. Este es el caso del permanente acoso de este sector en contra del financiamiento que por precepto constitucional reciben las instituciones del Consejo Nacional de Universidades.

Como se conoce, este frente de lucha del pensamiento neoliberal en contra de las universidades públicas, no es nuevo en nuestro país, ni es original de sus promotores.

En efecto, Milton y Roce Friedman en su obra Libertad de elegir, le dedican varios capítulos al tema, refiriéndose a las universidades estatales USA, y fue durante el gobierno de la señora Violeta Barrios de Chamorro que un grupo de funcionarios de aquellos años, un diputado, un viceministro de la presidencia, un asesor de políticas públicas y un ministro de Educación, emprendieron la lucha con el propósito de que el Ejecutivo y la Asamblea Nacional trasladarán el monto que se les asigna anualmente a las universidades miembros del CNU, a los bancos privados, a fin de que estos creasen programas de crédito educativo (educrédito) para que todos los bachilleres egresados de los institutos nacionales y colegios privados del país pudiesen acceder a montos públicos mediante esa estrategia comercial financiera y eligieran una de las cuarenta universidades privadas que en esos momentos se estaban creando, y/o una de las cuatro universidades públicas fundadas por la Revolución Sandinista en los años ochenta. La idea era (y continúa siendo) poner a la orden de las universidades privadas el financiamiento gubernamental otorgado por mandato constitucional a las universidades públicas y obligar a éstas a competir con las primeras, y en su terreno, por el financiamiento estatal.

Corrían los años del primer lustro de los años noventa y ya el proceso de privatización de la Educación Básica había comenzado. De esta manera, la estrategia encaminada en contra del presupuesto universitario, lo que hacía era cerrar el círculo. Así, con base en la misma, todo el sistema educativo, en consonancia con el contexto neoliberal en marcha, se convertiría al mercado. En otros países la estrategia privatizadora había triunfado. Chile y su modelo de financiamiento educativo, orientaba el financiamiento con dinero público de los centros privados de Educación Básica y universidades, propiedad de empresarios, funcionarios, ministros y diputados, y estaba en pleno apogeo. ¿Por qué no intentarlo en Nicaragua, si para eso los sandinistas habían perdido el poder, y ahora este estaba en manos democráticas?

El problema para el gobierno de la señora Chamorro y sus intelectuales fue que, quizá por su origen y carácter de clase, estos desconocían la historia y el espíritu de lucha de los universitarios nicaragüenses: estudiantes, profesores y trabajadores administrativos de las universidades públicas, por lo que su estrategia fue durante 16 años enfrentada en las calles del país, las mismas calles donde murieron, por esta causa, Roberto González, Jerónimo Urbina y Porfirio Ramos. De esta manera, en Nicaragua, con una revolución social como antecedente, la privatización de la Eeducación Superior fracasó.Hoy, cinco años después del traspié neoliberal, de nuevo, con otros ropajes y excusas, desde las mismas fuentes, retornan los ataques contra el 6%, ahora proponiendo que se trasladen los fondos de las universidades públicas a la Educación Primaria.

Simultáneamente, el modelo chileno, el año pasado comenzó a hacer aguas, y a imagen y semejanza de los universitarios nicaragüenses, los chilenos se tomaron las calles de Santiago y de todo Chile. Hoy Camila Vallejos, estudiante de Geografía de la Universidad de Chile es, varios kilómetros adelante, más popular que Piñera y todo su séquito neoliberal. Allá también otra revolución  antecede a la lucha; Allende, Neruda, Víctor Jara, Recabarren, están presentes en las jornadas de hoy para eliminar la Ley Orgánica Constitucional de Educación, LOCE, que había instaurado Pinochet, y encontrar respuestas al problema de miles de familias chilenas que tuvieron que entregar sus casas de habitación a los bancos, al no poder pagar las cuotas mensuales para amortizar las deudas educativas de sus hijos.

*El autor es sociólogo y profesor de la UNAN-Managua