jueves, 24 de mayo de 2012

La universidad en la mira

Respecto a las preguntas de investigación formuladas en nuestro artículo del sábado 12 de mayo pasado, muchas personas podrían preguntarse: ¿Pero, y cuál es la diferencia entre un centro de educación superior con profesores a tiempo completo, en el que se realizan actividades de investigación en institutos especializados y a su vez los estudiantes aprenden investigando en las asignaturas del Plan de Estudios de las Carreras y, simultáneamente, desde los primeros semestres realizan actividades de intervención y prácticas de profesionalización en empresas, ministerios y poblaciones relacionadas; y otros centros de educación superior, con profesores horarios en los que los estudiantes solamente reciben clases, y de vez en cuando, asisten voluntariamente a escuchar pasivamente debates de expertos analistas políticos sobre la salud de nuestra democracia?.

La respuesta es que en el primero de estos centros, sea público o privado, las posibilidades de formación de los estudiantes es integral, en tanto estos están supuestos a recibir no sólo los conocimientos transmitidos por los profesores, que es lo usual en toda escuela, sino que a ser formados para el aprendizaje permanente mediante la investigación y la extensión, que los conecta con su entorno, y eso es, cualitativamente más y mejor, que la simple transmisión cultural de saberes de unos profesores que supuestamente saben, a unos estudiantes que supuestamente no saben.

Es por eso que el estudio propuesto sobre los Modelos Académicos Universitarios de las instituciones de la educación superior en Nicaragua, podría ser de utilidad no sólo para las instancias de coordinación globalistas del subsistema referido y las propias universidades y centros de enseñanza terciarios, sino que también para los usuarios y compradores de este tipo de servicios, desde estudiantes y padres de familia, hasta el gobierno y empresarios que ofrezcan respuestas a las preguntas que formulan casi a diario muchos articulistas en los periódicos y muchas llamadas a los programas radiales de opinión que piden con urgencia, deslinde, aclaración e información referida a quién es quién en este tipo de educación.

En este contexto, y sin contar con información institucional de primera mano y sin posibilidades de conseguirla, lo que cabe son las hipótesis, para intentar de alguna manera, dar respuestas a las preguntas planteadas.

Así, a la pregunta sobre cuántas y cuáles universidades realizan actividades referidas a las tres funciones típicas de este tipo de instituciones, la respuesta podría ser que sólo en las cuatro universidades públicas y en otras privadas miembros del CNU como la UCA, la Upoli, la EIAG, la BICU y la Uraccan se realizan actividades de investigación, docencia y extensión.

El problema es de concepción y de dinero, en tanto la investigación es muy cara, por lo que se necesita financiamiento externo y personal de tiempo completo; por eso es que los grandes centros de investigación universitaria en Nicaragua, solamente se encuentran en las universidades públicas, y otras que reciben parte del aporte estatal del 6%.

El problema en estas universidades, más que de dinero, es de concepción acerca de la idea de universidad con que se cuenta, casi siempre amarradas por el Modelo Académico orientado casi exclusivamente a la enseñanza.

Respecto a la pregunta cuántos y cuáles centros de educación terciaria en Nicaragua, realizan actividades docentes y de extensión cultural, por lo que se conoce a través de la difusión y la propaganda mediática, actividades de este tipo se realizan en unos seis a siete grandes centros privados de educación superior. Por lo general, son actividades de extensión cultural como cátedras abiertas, presentación de libros, mesas redondas, concursos estudiantiles, debates de las ideas, etc.

En este campo, este grupo de centros de educación terciaria, rebasan limpia, inexplicablemente y sin excusas a las universidades públicas del país, las que dejan vacío un espacio que por su naturaleza les pertenece. La ausencia de debate en la universidad pública nicaragüense, es un hecho lamentable que empobrece la pertinencia y las prácticas del currículo, y es germen de exclusión, separación y ruptura entre la misión de la universidad y su entorno.
* Profesor