jueves, 3 de mayo de 2012

Así se construyen los modelos académicos universitarios

En artículo anterior sobre los Modelos Académicos en la historia de la Universidad Nicaragüense, definíamos a estos como “las formas, modos o maneras particulares, que en cada caso concreto asume cada Universidad, durante el proceso de realización sistémica de sus misiones y tareas, en los campos de la investigación, la enseñanza y la extensión o vinculación con sus entornos”.

Esas formas, modos o maneras particulares propias de cada Universidad, están constituidas por las prácticas, las rutinas socio-administrativas y las relaciones formales (jurídicas) y no formales que articuladas entre sí realizan los principales actores universitarios (investigadores, profesores, estudiantes, funcionarios académicos) y que conforman, definen y caracterizan al Modelo Académico de cada institución universitaria en cada etapa de su historia.

Este es el caso típico, por Ejemplo, de las Universidades cuyo Modelo Académico se orienta funcional y fundamentalmente hacia la Enseñanza de las Profesiones (Universidades de Enseñanza). En estas instituciones cíclica y recurrentemente, según los doce meses y las cuarenta y ocho semanas que marca el calendario anualmente, los estudiantes cumplen con la exigencia de los requisitos de admisión y las matrículas; posteriormente, profesores y estudiantes, con fundamento en el calendario académico y en horarios y aulas fijados en los mismos y dados a conocer a través de diferentes medios, periódicamente se reúnen en lugares llamados aulas de clase, para cumplir con los ritos de la didáctica y la escolaridad; este proceso finaliza invariablemente, con los periodos dedicados a los exámenes finales, la entrega de calificaciones, y para los que finalizan su carrera, con las fiestas de graduación.    

Este proceso, repetida una y otra vez, año con año, semestre a semestre, día a día, insistente y profusamente por profesores, estudiantes y administradores académicos, van conformando determinadas rutinas y circuitos de actividades que, paso a paso, van modelando la arquitectura y contenidos propios del Modelo Académico Universitario, el que una vez que logra alcanzar determinados niveles de autonomía y cristalizarse institucionalmente, condicionan el modo de pensar y actuar de los miembros de la comunidad universitaria, en el proceso de cumplimiento de sus misiones respecto a una función en particular, el de la enseñanza según el Modelo de las Universidades de Enseñanza o al conjunto de las funciones universitarias, en el caso de las Universidades que cumplen con las tres funciones propuestas por Ortega.

Es el caso también de las Universidades, Centros o Institutos Universitarios cuya orientación y vocación es la investigación (Universidades de Investigación), en donde las actividades cotidianas de profesores y estudiantes se organizan, según asignatura académica y/o según área, tipo o tema de investigación y/o el orden de los procesos investigativos, desde la formulación de los problemas hasta la presentación de resultados en las aulas de clase, para convertirlos en saberes, conocimientos y aprendizajes (Función de la Enseñanza), y/o la aplicación de los mismos en la vida social, la producción y los servicios (Función de Extensión). Para este caso, igual que para el Modelo Académico orientado solamente a la Enseñanza, esos procesos repetidos recurrentemente, poco a poco van cobrando vida propia y autonomía frente a los actores sociales que los originan, hasta terminar imponiéndose a la voluntad de estos y de todos los potenciales usuarios y practicantes de los mismos en el futuro.
* Profesor