jueves, 27 de diciembre de 2012

“La mala educación” en Nicaragua y el terremoto

En mi libro “Educación para la Modernización en Nicaragua”, ganador del Premio de la Editorial Paidós, de Buenos Aires, Argentina y publicado precisamente en 1972, después de analizar las estadísticas y los procesos educativos de la época, concluíamos que la educación nicaragüense, en los años contiguos a 1972, era excluyente, pues sólo atendía a la mitad de la población escolar existente; era ineficiente e improductiva pues de cada dos niñas y niños matriculados, uno no aprobaba su grado porque abandonaba la escuela o quedaba aplazado; era costosa pues de cada diez niños matriculados sólo uno aprobaba el nivel primario y era discriminativa pues el sistema escolar era primordialmente urbano, desprotegiendo de manera casi absoluta a la población de las zonas rurales.

Esta conclusión, cuarenta años después, nos conduce a reflexionar sobre el tamaño y profundidad de las consecuencias del terremoto respecto a ese sombrío escenario caracterizado por la exclusión, la ineficiencia y la discriminación.

Una síntesis apretada de los datos de la catástrofe son los siguientes: en 1972 había 280,741 jóvenes en edad escolar media en Nicaragua y sólo se matriculó el 21.8 por ciento o sean 61,084 alumnos. En el año 1973, el siguiente después del terremoto, la población en edad escolar media fue de 293,512 y se matricularon 63,l77, el 21.5 por ciento del total, es decir 2,093 alumnos más que el año anterior. Pero si la matrícula aumentó en el año siguiente al terremoto, lógicamente debió aumentar el número de establecimientos y el número de profesores para el Nivel Medio del Sector Educativo, no obstante, el número de colegios secundarios en el Municipio de Managua, decreció de 84 que había en 1972, a 58, en 1973, y el número de profesores descendió en 154 menos en Managua. Había en 1973, 2,093 alumnos más en Educación Media y 26 colegios y 154 profesores menos que en 1972.

Alguna solución había que buscarse a semejante contradicción, y ésta se dio sacrificando la calidad. Antes del año 1973 un estudiante de Educación Media recibía 1140 horas de clase al año (38 semanas por 30 horas de clase semanal), y en los 5 años de estudio, si no fracasaba o abandonaba la escuela, recibía 5,700 horas de clase. Después del terremoto, para los que se matricularon en Primer Año en 1973, 1974 y 1975, la ración escolar fue de 760 horas de clase anuales para el Ciclo Básico (39 semanales por 20 horas de clase semanal) y en los 5 años de estudio de 4,028 horas de clase, ya que en el Ciclo Diversificado, se ofrecían 24 horas en Cuarto Año y 22 en Quinto Año. Para Matemática, Castellano e Idioma Extranjero, el recorte significó un Año Escolar menos, para Ciencias Naturales año y medio menos y para Ciencias Sociales casi tres años menos de lecciones en estas áreas del conocimiento.

En suma y síntesis: para la educación nicaragüense de inicios de los años setenta del pasado siglo, el terremoto de diciembre de 1972 significó : menos aulas de clase, menos profesores, menos horas de clase, menos currículum, menos conocimientos.

Así las cosas, después de cuarenta y cinco años de investigar la educación de mi país, no me cabe ninguna duda, que la caída al vacío de la calidad de la educación en Nicaragua, tuvo su inicio durante la medianoche del 22 de diciembre de 1972, cuando un terremoto Ritcher 7, destruyó Managua.

Después vendrían los años ochenta, período en el cual, por estar atentos a darle educación a todo el que la necesitara, que eran cienes de miles especialmente del campo, no se atendió con igual energía la calidad de la educación; y para ponerle la tapa al pomo, y cerrar este círculo infernal, después vinieron los diez y seis años neoliberales, que no sólo recuperaron la herencia somocista de segmentación y exclusión social, mediante el expediente de la privatización de la educación pública, sino que arremetieron con todo en contra de la calidad de la educación, a través de mecanismos como el de cierres de escuelas normales, la promoción automática, etc.


* Profesor

migueldecastilla68@hotmail.com