Juan Bautista Arríen nos recordaba recientemente que el primero que
mencionó en Nicaragua la necesidad de articulación entre educación
Secundaria y Educación Superior fue Guillermo Rosales Herrera, en un
ensayo publicado en 1977, en nuestra obra colectiva titulada Educación y
Dependencia, en la que por vez primera publicara mi ensayo “La
Educación en Nicaragua: Un caso de Educación para el desarrollo del
subdesarrollo”.
Posteriormente, la preocupación sobre la necesidad de la articulación
de los currículos de la Educación Secundaria y de las universidades,
especialmente en matemáticas y español, fue puesta en evidencia durante
los debates para la elaboración del Plan Nacional de Educación
2001-2015, y en la Comisión de Articulación del Foro Nacional de
Educación, que con la participación de 150 educadores, especialmente de
las universidades del CNU, se realizara entre mayo de 2004 y mayo de
2006.
La primera vez que en la historia del Ministerio de Educación de
Nicaragua se menciona la necesidad de la articulación, no solo del
currículum de la Educación Secundaria y la Educación Superior, sino de
todo el Sistema Educativo, incluyendo la Educación Extraescolar y el
Subsistema Educativo Autonómico Regional, SEAR, fue con el actual
gobierno sandinista, cuando en 2007 se aprobó una línea de Política
Educativa con el nombre de: Todas las Educaciones.
Entre muchas actividades relacionadas con esta política, sobresale
una, que por sus consecuencias, a favor de la joven población
estudiantil, cobra mucha importancia en estos días que se debaten y se
formulan propuestas de todo tipo, referido a los aplazados en
matemáticas y español en los exámenes de admisión en las universidades
públicas.
A esa actividad, que se realizara en los años 2008 y 2009, se le
llamó Programa de Intervención Curricular Mined-Universidades. Esta
experiencia inédita, patrimonio intelectual y espiritual de este
gobierno, fue como sigue: en enero del 2008, como todos los años, las
universidades públicas dieron a conocer los resultados de los exámenes
de admisión realizados a fines de 2007.
Los resultados fueron iguales a los de todos los años precedentes:
solamente el dos por ciento de los estudiantes que se presentaron a
examen habían aprobado la asignatura de Matemáticas. La avalancha de
críticas en contra del Ministerio de Educación y de sugerencias acerca
de cómo enmendar las cosas no se hicieron esperar.
Ante esta situación, el Mined a fines de enero de 2008 invitó a los
rectores de la UNAN-Managua, UNI y UNAN-León, a realizar una sesión de
trabajo de un día, con la participación de los profesores de Matemáticas
y Español, y con profesores de estas asignaturas de los últimos años de
la mayoría de los institutos nacionales, a fin de que los primeros
presentaran ante los segundos los resultados de los exámenes de
admisión.
Producto de ese encuentro, por muchas razones extraordinario, se
decidió crear dos Comisiones Mined-Universidades, una para Matemáticas y
otra para Español, que se encargarían de elaborar los cuestionarios
pertinentes para su administración en un primer examen diagnóstico a
fines de febrero, a una muestra de estudiantes de quinto año de todo el
país.
Los resultados produjeron información relevante sobre los vacíos que
traían, con base en los cuales se prepararon dispositivos
instruccionales para capacitar a los maestros y aplicárselos a los
estudiantes en el período marzo-mayo.
Este procedimiento fue repetido en los meses de mayo, julio y
septiembre de ese año, es decir: cuatro exámenes para diagnóstico y
perfeccionamiento. El quinto examen cambió de naturaleza; fue el de los
exámenes de admisión de 2008.
Los resultados en las tres universidades concernidas en el programa
fueron del cuatrocientos por ciento más alto respecto al 2007, con un
poco más del diez por ciento de aprobados en Matemáticas, y más del
veinte por ciento en Español. En 2009 se repitió el procedimiento y los
resultados fueron aún mejores.
* Profesor
migueldecastilla68@hotmail.com