jueves, 13 de noviembre de 2014

La primera infancia en la Educación para Todos

El período previsto para la ejecución de la Educación para Todos (EPT) es del año 2000 al 2015. Esto quiere decir que para Nicaragua la responsabilidad sobre los números, los logros y las deudas pendientes respecto a las seis metas de la EPT son tanto de los gobiernos liberales (2000-2006) como del actual gobierno sandinista (2007-2014). Esto es importante aclararlo, pues, como se conoce, los tiempos de la educación para las personas y para los grupos sociales no son los mismos del calendario gregoriano basado en rupturas anuales y mensuales, sino que por el contrario: estos conforman un ‘continum’, donde cada nueva experiencia educativa y cada nuevo saber tienen detrás de sí múltiples antecedentes, los que sirven de insumos para el proceso de construcción de los nuevos aprendizajes.
Esta conclusión constructivista es útil para comprender los ingentes esfuerzos que desde hace siete años y en la actualidad realiza el Gobierno para solucionar, transformar y desterrar de los centros escolares todas las debilidades, insuficiencias, vicios y antivalores que como un cáncer capitalista aún carcomen a la escolaridad nicaragüense.
La meta No. 1 de la Educación Para Todos (EPT) se refiere a la Primera Infancia y propone: extender y mejorar la protección y educación integrales de la Primera Infancia, especialmente para los niños más vulnerables y desfavorecidos.
En América Latina y el Caribe, de acuerdo a los informes de los gobiernos, la Unesco logró observar una mayor visibilidad de la Primera Infancia en las Políticas Educativas de casi todos los países de la región. “La matrícula en Educación Preescolar creció del 56% en el 2000 al 74% en 2012. Para la Unesco, con este crecimiento América Latina y el Caribe es la segunda región en el mundo respecto a cobertura, tras América del Norte y Europa Occidental”.
Algunos desafíos presentes hoy, de cara al futuro de la región respecto a la Primera Infancia, tienen que ver con la elevación de la Calidad de los Programas, en un contexto de gran heterogeneidad e inequidad tanto respecto a la población que accede a los servicios educativos como a la calidad de los mismos, una y otros vinculados directamente con "factores económicos, sociales y culturales, especialmente de la población rural e indígena. El 20% más rico de la población se matricula en mayor proporción que aquellos del 20% más pobre.
En Nicaragua, la Revolución Popular Sandinista fundó la Educación Preescolar en los años ochenta. Antes de 1979, la matrícula en este nivel educativo no llegaba a 5,000 niños y niñas en preescolares privados en todo el país; en 1980, la matrícula en los Preescolares Públicos fue de 55,000 estudiantes. Igual ha sido con la población de niños y niñas de entre 0 y 6 años, solo con la Revolución Sandinista en su actual segunda etapa ha sido posible formular y aprobar en el 2011 una Política Nacional de Primera Infancia, conocida con el nombre de “Amor por los más Chiquitos y Chiquitas”.
En el 2007, la matrícula en preescolar fue de 214,615 estudiantes y en el 2013, fue de 240,256 infantes de 3 a 5 años. Esta, al ser comparada con la población de ese año de 405,265 niños y niñas, dice el tamaño de la brecha existente en este campo cara al futuro. El otro desafío, igual que en América Latina y el Caribe, tiene que ver con la calidad. En tanto, la mayoría de la población de este nivel educativo está matriculada en preescolares comunitarios, uno de los sectores educativos con mayores limitaciones del país, tanto por el origen social de los estudiantes hijos e hijas de familias empobrecidas, como por la condición de los locales donde se ofrecen los servicios educativos y por el tipo de docentes, sin formación académica especializada y con estipendios casi a ras del suelo.

Con los descubrimientos de la investigación científica en los campos de la Neurociencia y la Neuroeducación, se ha logrado determinar la importancia central de la Educación de la Primera Infancia para la vida de los seres humanos. Nicaragua cuenta con una excelente política al respecto. Además cuenta con la presencia, vocación y disposición de una auténtica legión de verdaderas heroínas del magisterio: las educadoras comunitarias. Faltan recursos. Muchos recursos. Ahí hay un nicho de oportunidades para todos, en la Educación Para Todos en Nicaragua.