Año con año desde que existen los exámenes de admisión para nuevo ingreso en las universidades públicas del país, en los meses de enero-febrero cuando se dan a conocer los resultados de las mismas, se produce un amplio debate acerca de las causas de las altas tasas de aplazados en matemáticas y español. En esas circunstancias, recurrentemente, siempre los índices acusadores señalan a las carencias de la educación nacional y a las instituciones responsables de tan lamentables hechos. Al final, cuando las voces del debate reducen sus decibeles, todo vuelve a la normalidad, para iniciar en marzo un nuevo ciclo que solo habrá de finalizar en diciembre con la realización de los nuevos exámenes de admisión para el siguiente año, y en enero-febrero, al darse a conocer los resultados, de nuevo se iniciará el debate de ese año.
Este año las noticias y el debate de enero y febrero de 2017, se han adelantado a noviembre de 2016. El motivo ha sido la decisión del Consejo Universitario de la UNAN-Managua, sobre la no realización del examen de admisión para primer ingreso en el año 2017, para cursar un conjunto de 24 carreras de esta casa de estudios, la mayoría de ellas relacionadas con la profesión docente y con las Ciencias Naturales (física, química) y las Matemáticas.
La noticia que bien pudo haber sido un simple anuncio de servicio público para uso de los egresados del año en curso de los centros de educación secundaria y de las escuelas normales, pronto se convirtió en la chispa que incendió la pradera, dando oportunidad a la explosión de todas las hipótesis acerca del porqué de la medida del Consejo Universitario de la UNAN-Managua sobre las 24 carreras mencionadas, y de nuevo, como todos los eneros y febreros de cada año, sobre las causas de por qué los estudiantes tienen problemas con el aprendizaje de las matemáticas.
La problemática que busca solucionar la medida tomada por el Consejo Universitario de la UNAN-Managua, es del mismo tipo de la que se plantea en la relación entre las empresas industriales o agrícolas y las universidades que sirven carreras relaciones con estos sectores. En estos casos la relación es al revés de la planteada por la falta de demanda para las carreras de la UNAN-Managua, en ellos son los sectores económicos los que reclaman la fuerza de trabajo calificada en determinadas competencias y habilidades y las universidades no se la ofrecen como ellas la demandan.
La problemática que busca solucionar la medida tomada por el Consejo Universitario de la UNAN-Managua, es del mismo tipo de la que se plantea en la relación entre las empresas industriales o agrícolas y las universidades que sirven carreras relaciones con estos sectores. En estos casos la relación es al revés de la planteada por la falta de demanda para las carreras de la UNAN-Managua, en ellos son los sectores económicos los que reclaman la fuerza de trabajo calificada en determinadas competencias y habilidades y las universidades no se la ofrecen como ellas la demandan.
Por ello es que para los dos casos, la solución requiere de la participación conjunta, tanto de quienes demandan como de quienes ofrecen la fuerza de trabajo calificada.
No obstante para el caso que nos ocupa, relacionado con las carreras de la UNAN-Managua, ante la ausencia de decisiones que estimularan la demanda de las mismas desde el exterior, por elemental responsabilidad administrativa, el Consejo Universitario tomó la decisión que desató el debate. Sobre la acidez y calor que ha logrado alcanzar este, mi percepción es que esto se ha debido tanto por el contenido de la decisión, la que se presentó sin la compañía de ninguna otra medida, como por la manera acerca de cómo se anunció públicamente esta, sin ninguna justificación, ni explicación histórica, administrativa y económica del problema que se busca solucionar, que permitiera asimilar y comprender de mejor manera la complejidad de la misma.
Respecto a este tema, nuestro criterio es que la medida debe ir acompañada de un conjunto de acciones tanto en el interior de la universidad, extremando la supervisión y acompañamiento al proceso enseñanza-aprendizaje de las carreras objeto de la medida; como en el exterior de la misma, elevando las acciones de orientación vocacional y profesional en los centros de educación secundaria y las escuelas normales sobre las carreras en debate, y propagandizar estas y sus atributos en estos mismos centros de parte de docentes y estudiantes que estudian las mismas en las facultades concernidas en la medida y a través de los medios de comunicación como el Canal 6, etc. En suma, una estrategia holística que contribuya a modificar el perfil de la demanda educativa universitaria y a mantener y fortalecer el prestigio de la universidad.